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19/09/2019

Día Internacional de la Paz 2019 y el llamado a la paz climática

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¿Qué busca celebrar o conmemorar el Día Internacional de la Paz?
Al celebrar el Día Internacional de la Paz buscamos recordar a todo el mundo que sin paz no es posible el desarrollo económico y social, el goce de derechos, el acceso a la justicia o la protección del medio ambiente. Y viceversa, la paz se alcanza en muchas sociedades cuando se logran las condiciones de un desarrollo económico y social justo, equitativo.

No podemos asegurar la paz social cuando existen sectores de la población que ven amenazado su hábitat, cuando un grupo de personas no accede a derechos fundamentales por su condición social, por el color de su piel o por su orientación sexual.

El Día Internacional de la Paz, es recordar que la paz no es solo la ausencia de conflictos sino una condición de vida que se construye cuando rige el estado de derecho, se garantizan los derechos humanos, cuando nuestra relación con el medio ambiente está basada en la sostenibilidad, cuando la justicia es igual para todos.

El tema del Día de la Paz de este año destaca los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, ¿por qué?
La Agenda 2030 es el plan de trabajo más ambicioso jamás emprendido por 193 países. Los ODS abarcan una amplia gama de asuntos, entre ellos la pobreza, el hambre, la salud, la educación, el cambio climático, la igualdad de género, el agua, el saneamiento, la energía, el medio ambiente y la justicia social.

Tengo la impresión que muchas veces nos olvidamos del ODS 16: “Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles”; contiene en su esencia metas que son fundamentales y que nos allana el camino al desarrollo integral y sostenible.

¿Por qué se hace un llamado a la paz climática?
Se hace un llamado a la acción por la paz climática porque la emergencia climática mundial supone una amenaza para la seguridad y la estabilidad. Así lo ha expresado claramente el secretario general António Guterres. «Una cosa es clara el día de hoy: el riesgo de conflictos relacionados con el clima se hace más evidente en todo el mundo. La escasez de recursos es ya evidente en muchas partes de la tierra y las controversias por acceder a estos recursos dan lugar a conflictos». Todo esto tiene que ver con la forma cómo estamos enfrentando el cambio climático, el manejo de la tierra, el cuidado y la gestión de los mares, las fuentes de agua dulce.

Hace tan solo unas semanas el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) presentó el informe especial titulado “El cambio climático y la tierra”, que apunta a que el mundo reúne las condiciones idóneas para hacer frente al cambio climático pero cuando la sostenibilidad se considere una prioridad global. En pocas palabras, el problema es un asunto de todos y un asunto urgente. Aún podemos hacer algo pero lo debemos hacer todos.

¿Cuál es el rol de los jóvenes frente a la paz climática?
Como en muchos otros temas, la esperanza está en la acción de los jóvenes. Los jóvenes son ejemplo de cómo es posible mantener estilos de vida sostenibles y de prácticas respetuosas con el medio ambiente. Son clave, por ejemplo, en la implementación de programas educativos que revelan la dimensión del problema y la necesidad de actuar.

Al presentar el año pasado la estrategia “Juventud 2030”, el secretario general António Guterres dijo “Si queremos crear un mundo más pacífico, sostenible y próspero para todos, y cumplir las metas del Programa de Desarrollo Sostenible para 2030, necesitamos que los jóvenes lideren”. El reto sin duda es mantener ese espíritu de liderazgo pero sobre todo amplificar la voz de los jóvenes. Ofrecer las condiciones para que esa voz sea potente y firme.

Cerca de medio millón de jóvenes de todo el mundo han emprendido acciones sobre el cambio climático en sus hogares, escuelas y comunidades. Entre ellos los voluntarios que participan en Clima de Cambios. Pues esos ejemplos deben ser conocidos por el mundo entero. Hay que contar esas historias de éxito, de emprendimiento, de responsabilidad social. Medio millón puede parecer una cifra aún pequeña si tenemos en cuenta que 1800 millones de personas en el mundo son jóvenes, pero el impacto que están teniendo es inmenso. Si nos enfocamos en el Perú, veremos que una gran cantidad de proyectos son liderados por jóvenes o dependen de su participación.