
Por: Andreé Sebastián Mariño Hinojosa, voluntario de Clima de Cambios
A lo largo de los años se ha pensado que los videojuegos son solo una distracción para los niños y jóvenes sin llegar a tener un impacto positivo en la sociedad. Sin embargo, esto no es del todo cierto, pues también pueden funcionar como una herramienta o espacio clave para concretar mensajes a un público masivo. Desde este panorama, la presente nota web presentará cómo los videojuegos son un eje central para la lucha contra el cambio climático. Así, esta se estructurará de la siguiente manera, primero, se ofrecerá un breve contexto; segundo, se describirá la capacidad e importancia del alcance de los videojuegos; y, tercero, se brindarán ejemplos internacionales y nacionales que buscan fomentar el cuidado del medio ambiente.
No es ningún secreto que la industria de los videojuegos genera un consumo alto de energía y emite un grado considerable de gases de efecto invernadero. “El gasto energético producido por las consolas modernas de videojuegos en los hogares de EE.UU. equivale al 2.4% del total de la energía consumida en cada residencia, dando lugar de este modo a 24 millones de toneladas de emisiones de carbono” (González, 2020). Eso no es todo, también se debe incluir el impacto medioambiental que genera al momento de fabricarse, desecharse y reemplazarse. Cada año, surgen nuevas consolas más potentes que las anteriores y llegan a consumir mucha más energía. Una consola de última generación consume alrededor de 700 voltios, mientras que una de los años 70 solo requería 10 voltios (González, 2020).
Ante dicha problemática, esta industria tiene la responsabilidad de equilibrar su huella de carbono y tiene el poder para realizarlo. Así fácilmente puede ser la que llega a obtener mayor alcance en comparación del streaming, la música y más. El alcance de la industria de videojuegos es 1 de cada 3 personas a nivel global (ONU, 2022), esto revela que tiene la capacidad de llegar a miles de millones de personas a nivel mundial, pues los videojuegos están en todas partes desde los teléfonos, PC, PS, nintendos y muchos más. Prácticamente, cualquier dispositivo electrónico tiene la capacidad de reproducir algún que otro juego para que se entretenga el usuario.
Otra de las ventajas que ofrece esta industria radica en que al ser una plataforma dinámica, sobre todo para un público más joven, tiene la capacidad de transformar conceptos científicos ambientales en un molde mucho más interesante para el público que desconoce ciertos términos. Los videojuegos que buscan crear conciencia sobre el cambio climático ofrecen una experiencia artística, lo que genera que esa narrativa gamificada pueda traducir conceptos complejos científicos en experiencias atractivas para el público (Picó, 2025). Esto creará mayor interés para saber cómo actuar ante el cambio climático. En esta línea, los videojuegos, además de tener un alcance masivo, tienen la fortaleza de ser una fuente atractiva para un aprendizaje dinámico. De este modo, se pasará a describir algunos ejemplos.
Aprender mientras juegas: videojuegos que motivan la acción climática
Uno de los casos emblemáticos es el de “Mision 1.5” del propio PNUD. En este juego, el usuario simula ser un líder mundial que debe tomar decisiones para reducir el calentamiento global por debajo de 1.5° C. Estas decisiones deben tomarse en distintas áreas como transporte, agricultura, energía y más. Lo interesante está en qué el juego te explica si tu respuesta es la más adecuada o no, lo cual lo convierte en una herramienta educativa eficaz. Este juego tiene una tasa de finalización del 50% y las respuestas que brindan los usuarios sirven para crear algo llamado el voto climático de la gente, convirtiéndolo así en la mayor encuesta de opinión pública sobre cambio climático (ONU, 2022). Sumado a ello, esos votos se dirigen a distintos gobiernos para evaluar las propuestas emitidas por este público. Esto genera un diálogo interactivo entre los marcos institucionales y la ciudadanía para hacer frente a la crisis climática.

Imagen: EFE Verde
Otro de los videojuegos emblemáticos contra el cambio climático es Terra Nil. El juego inicia con un ambiente apocalíptico donde el objetivo principal es restaurar el ecosistema y, para ello, deberás recuperar el suelo, reintroducir la fauna y los biomas. El espectáculo visual del juego genera atracción por querer observar un mundo sano a diferencia de uno todo destruido. El paisaje que se va mostrando a medida que vas progresando causa una sensación relajante. Asimismo, otra de las características es la dura crítica que tiene contra el sistema de sobreexplotación de recursos.

Imagen: Egames
Ahora bien, también hay ejemplos desde la industria de videojuegos del Perú. Uno de los más llamativos es el de “Noyawe”, que ganó en el festival Lima web fest. La temática es de estilo runner 2D y se trata de una mamá guacamaya que quiere escapar junto a sus crías de los incendios forestales en la Amazonía. Lo interesante de este videojuego es que se desarrolló en muy poco tiempo y tuvo un buen alcance. Ese juego fue diseñado en solo 48 horas por estudiantes de la carrera de Diseño de Videojuegos y Entretenimiento de la Toulouse Lautre (El Comercio, 2021). Así, podemos ver que la industria de videojuegos que fomenta la conciencia climática no siempre requiere un exceso de trabajo riguroso y costoso.

Imagen: El Comercio