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12/11/2024

Reserva Nacional del Mar Tropical de Grau: un hito en la preservación de los ecosistemas marinos peruanos

Imagen: Andina

En la reciente COP16, el Perú destacó la importancia de Reserva Natural del Mar Tropical de Grau, y reafirmó su compromiso con la protección de la biodiversidad y con el fortalecimiento del desarrollo sostenible de la zona, apoyando así a las comunidades locales en su desarrollo y en la mejora de su calidad de vida.

La creación de la reserva, gestionada por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), representa un hito en la conservación de la biodiversidad marina en Perú. Conversamos con el ingeniero Marcos Pastor, director de Desarrollo Estratégico del SERNANP, quien compartió sus reflexiones sobre los retos de la pesca en la costa peruana, y la necesidad de innovación tecnológica para proteger la biodiversidad y mejorar la calidad de vida en las comunidades costeras. 

El Mar Tropical de Grau es una de las áreas más biodiversas de Perú y uno de los 70 lugares más importantes del mundo para la conservación marina, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Esta zona donde convergen  dos corrientes marítimas (la del Humboldt, con aguas frías y ricas en nutrientes, y la del Pacífico Tropical, con aguas cálidas) abarca más de 115 mil hectáreas, frente a las costas de Piura y Tumbes. Estas características generan una diversidad de hábitats que atraen a una gran variedad de especies. Si bien la zona destaca por su biodiversidad, también lo hace por su riquísimo valor cultural y social.

Por ello, después de un esfuerzo de casi 10 años, se concretó la creación de la Reserva Nacional del Mar Tropical de Grau el 26 de abril de este año, gracias a la gestión del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SERNANP) de la mano con diversas instituciones gubernamentales, comunidades locales y organizaciones no gubernamentales. La reserva abarca cuatro sectores o polígonos: arrecifes de Punta Sal, Cabo Blanco-El Ñuro, isla Foca y banco de Máncora. De ellos, los tres primeros se localizan en la zona costera, y el cuarto es una quebrada submarina de 250 km de largo y se ubica lejos de la costa.

Esta área alberga no solo especies en peligro, sino ecosistemas únicos creados por la confluencia de aguas frías y tropicales. Por esa razón, en la reciente COP16, celebrada en Cali, Colombia, se destacó la importancia de esta reserva a través del panel “Mar Tropical de Grau, un sitio de esperanza”. En este evento, participaron autoridades, representantes de la sociedad civil y comunidades locales, quienes compartieron experiencias sobre cómo el turismo responsable y la conservación pueden contribuir al desarrollo sostenible de esta región.

La pesca artesanal y la tecnología como herramientas de desarrollo

Dentro de la zona de la reserva existe una importante presencia de actividades humanas, como pesca artesanal, turismo, entre otras. De acuerdo con el SERNANP, que viene trabajando temas de seguridad alimentaria en la zona, de las 35 principales especies de peces que llegan a las mesas peruanas, 24 provienen de Piura y Tumbes (como el ojo de uva, perico y merluza, entre otros). Por ello, se prioriza la necesidad de proteger estos ecosistemas en colaboración con los pescadores artesanales de la zona. 

El ingeniero Marcos Pastor resaltó que si bien existen importantes logros en la Amazonía peruana en cuanto a la crianza de peces, en la costa, sin embargo, todavía hay un rezago en técnicas y tecnología que obstaculiza el desarrollo de la piscicultura. «A pesar de que tenemos 1,300 kilómetros de costa, las iniciativas de crianza de peces prácticamente no existen. Seguimos usando técnicas de hace 500 años pero las condiciones han cambiado», afirmó Pastor. 

Asimismo, añadió el ingeniero, es necesario un enfoque tecnológico para mejorar las condiciones de los recursos marinos y asegurar su disponibilidad para futuras generaciones. “Por ello, la Reserva del Mar de Grau es fundamental, ya que de allí proviene el pescado que se consume en Lima. Nos interesa desarrollar y mejorar la piscicultura en colaboración con la academia para generar ingresos y dinamizar la economía en las comunidades costeras”, sostuvo.

Pastor también advirtió sobre la necesidad de proteger a los pescadores artesanales en un contexto donde la sobrepesca y la competencia de flotas internacionales afectan la sostenibilidad de las especies. La incorporación de tecnología en la piscicultura, junto con prácticas sostenibles, podría mitigar la presión sobre las especies y evitar prácticas ilegales que dañan el ecosistema, como el uso de dinamita en la pesca, que en Paracas, por ejemplo, estuvo en auge hasta hace pocos años. «Si no avanzamos en estas mejoras, la población podría recurrir a actividades ilícitas. Por eso, tenemos que mirar hacia adelante y prever qué podría suceder si el número de pescadores continúa creciendo», afirmó el ingeniero.

                                                                                Imagen: Andina

Desarrollo y desafíos de actividades turísticas sostenibles

La reserva también abre la puerta para fomentar un turismo responsable y ecológico, una propuesta clave discutida en el panel de la COP16. Este enfoque contribuiría a diversificar las fuentes de ingreso para las comunidades locales y a reforzar la protección del ecosistema marino. Por ese motivo, de acuerdo con Pastor, las 115 mil hectáreas de la reserva ofrecen una excelente oportunidad para el turismo de naturaleza. Cabe destacar que esta zona alberga especies como tortugas carey, delfines y tiburones martillo, además de una riqueza de invertebrados marinos y corales. 

Sin embargo, además de las oportunidades de desarrollo, la reserva enfrenta desafíos para la conservación efectiva de la región debido a la presión que generan ciertas actividades extractivas, así como la pesca industrial. El Mar Tropical de Grau también representa un espacio estratégico para la migración de importantes especies como la ballena jorobada, las tortugas marinas y los tiburones ballena, cuya conservación es fundamental para mantener el equilibrio en el ecosistema.

La creación de la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau representa un logro histórico para la conservación de los ecosistemas marinos en el Perú. Por eso, la COP16 fue una ventana para destacar el potencial de esta área y los desafíos que enfrenta. A través de la colaboración entre el gobierno, las comunidades y la sociedad civil, el Mar Tropical de Grau puede convertirse en un modelo de desarrollo sostenible, donde la riqueza natural y el bienestar de las comunidades locales vayan de la mano. La conservación de esta reserva es una responsabilidad compartida y un paso hacia un futuro en el que el respeto por la naturaleza sea la base del progreso social y económico.