
¿Y si la solución a la crisis climática, el caos del tráfico y la desigualdad social fuera vivir más cerca? El modelo urbano de la Ciudad de los 15 minutos propone transformar las ciudades en espacios humanos, sostenibles y accesibles, donde todo lo que necesites no esté a más de 15 minutos caminando o en bicicleta.
Por: Milagros Pareja, voluntaria de Clima de Cambios
Ante los crecientes desafíos del crecimiento urbano descontrolado, el deterioro ambiental y la desigualdad territorial, surge con fuerza el modelo de la Ciudad de los 15 minutos. Impulsado por el urbanista Carlos Moreno, este enfoque propone reorganizar el entorno urbano de manera que todas las necesidades básicas —vivienda, trabajo, educación, salud, ocio y comercio— se encuentren a no más de 15 minutos caminando o en bicicleta desde el hogar (Moreno, 2020).
En este contexto, el modelo se presenta como una alternativa integral que replantea la manera en que usamos el tiempo, nos desplazamos y experimentamos el entorno. Y lo hace desde algo tan sencillo como transformador: vivir cerca.
¿Qué es lo que hace que este modelo sea sostenible?
Sostenibilidad ambiental: menos distancia, menos emisiones
En primer lugar, uno de los beneficios más urgentes del modelo es su impacto ambiental positivo. En el Perú, el transporte genera aproximadamente el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero (Minam, 2021). Frente a esta situación, reducir el uso del automóvil y promover la movilidad activa (como caminar o usar bicicleta) no solo mejora la calidad del aire, sino que también disminuye el ruido y la presión sobre las infraestructuras urbanas.

Imagen: Andina
Adicionalmente, al liberar espacio ocupado por vehículos, se abre la posibilidad de implementar áreas verdes, corredores ecológicos y soluciones basadas en la naturaleza. Estas medidas fortalecen la resiliencia urbana ante el cambio climático al mitigar efectos como las islas de calor o las inundaciones (Banco Interamericano de Desarrollo, 2018).
Sostenibilidad social: calidad de vida donde empieza tu día
En segundo lugar, la sostenibilidad urbana no puede entenderse sin una dimensión social. En ciudades como Lima, más del 40% de la población dedica más de una hora diaria en traslados (INEI, 2023). Este tiempo, muchas veces agotador, implica una pérdida en términos de descanso, salud, convivencia y bienestar personal.
Frente a esta realidad, la Ciudad de los 15 minutos busca descentralizar oportunidades, creando barrios autosuficientes, seguros y vivos. Este modelo no solo acerca servicios, sino que revitaliza la interacción social, promueve la cohesión vecinal y fortalece el sentido de comunidad (Foro NESI, 2021).
Asimismo, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2020), el fomento de la movilidad activa tiene impactos positivos en la salud física y mental al reducir enfermedades cardiovasculares y promover el bienestar psicológico.
Sostenibilidad económica
Finalmente, desde una perspectiva económica, la Ciudad de los 15 minutos permite recuperar tiempo y dinamizar las economías locales. Menos traslados implican más tiempo para actividades productivas, personales o familiares.
Del mismo modo, al priorizar el comercio de barrio y la producción local, se fortalecen redes económicas más sólidas y menos expuestas a crisis externas (Nuño Mardones-Fernández et al., 2020). Además, este modelo representa un uso más eficiente del presupuesto urbano al reducir gastos en infraestructura vial, transporte motorizado y mantenimiento urbano (BID, 2018).
El cambio empieza caminando
En conclusión, la Ciudad de los 15 minutos representa un modelo urbano más eficiente, equitativo y humano. Reorganizar el espacio urbano para acercar los servicios esenciales no solo responde a la crisis climática y social, sino que mejora la calidad de vida en el día a día. Apostar por la proximidad es también apostar por un desarrollo más sostenible.