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31/01/2023

¿Un caso sin resolver? Cuál es el estado actual del mar peruano un año después del desastre ambiental en Ventanilla

Imagen: Andina

Repsol afirma que el mar ya se encuentra limpio, mientras que los pescadores dicen lo contrario. ¿Cuál es la situación actual del mar peruano más de un año después del derrame de 11 900 barriles de petróleo?

El mar peruano sigue de luto. A más de un año del desastre ecológico de mayor magnitud en nuestro litoral, el negro petróleo todavía viste las playas costeras afectadas por el derrame de la refinería La Pampilla. El 15 de enero de 2022, 11 900 barriles de crudo se filtraron al mar de las playas Ventanilla, Santa Rosa, Ancón, Aucallama y Chancay, por lo que el Estado declaró esta zona en emergencia ambiental. Este hecho sucedió durante el descargue del buque Mare Doricum, operado por la empresa Repsol.

Este desastre ecológico no solo tuvo graves consecuencias ambientales, sino que también dejó sin trabajo a pescadores artesanales, dueños de comercios y más. “Serfor llegó a imponer a la refinería La Pampilla una multa equivalente a 1571 UITs, por causar la muerte de 1852 especímenes y poner en riesgo la salud de 198 individuos de fauna silvestre”, indicó Byran Jara, especialista legal de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA). Así como esta multa, distintos organismos han dispuesto sanciones contra Repsol.

“A nivel de sector público, actualmente han habido diversos procedimientos administrativos sancionadores en el OEFA, Serfor, Osinergmin, Ministerio Público, etc.”, explicó Jara. En el caso del OEFA (Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental) “ha determinado que ha habido responsabilidades administrativas y se ha impuesto [a Repsol] seis multas en el marco de seis procesos administrativos sancionadores. Tres han sido impugnados ante el Tribunal de Fiscalización Ambiental, mientras que los otros tres procedimientos están en un plazo legal, que vence este mes de enero, para que puedan ser apelados”, detalló Jara.

Por otro lado, Repsol todavía tiene pendiente compensar debidamente a los afectados por el derrame. La empresa se comprometió a entregar bonos de S/3 000 soles a las personas registradas en un padrón único. Sin embargo, los pobladores han indicado en distintas ocasiones que este no es suficiente para solventar sus gastos. Según declaró en julio del año pasado el secretario de defensa de la Asociación de Pescadores Artesanales de Ancón, Kevin Villegas, a El Comercio, mensualmente generaban un valor superior a S/6 000 gracias a la actividad extractiva.

“Es preciso indicar que no todos los los afectados hasta la fecha han sido compensados. Aproximadamente más de 10 000 personas habían sido identificadas y alrededor de 6 000 ya habían sido compensadas”, aclaró el miembro de la SPDA. Asimismo, expresó que el padrón de afectados debería actualizarse constantemente para tener una mayor precisión. “Hay que tener en cuenta que esta compensación debe tomar en consideración el tema de enfermedades que puedan surgir a largo plazo.

Deuda pendiente con el mar peruano

A finales de 2022, Repsol compartió un comunicado indicando que “el mar está limpio de hidrocarburo y que las playas serían accesibles sin riesgo a la salud ni al medio ambiente”. Sin embargo, los pescadores indican lo contrario. En el evento de la SPDA, “A un año del derrame”, Alejandro Huaroto, dirigente de la Asociación de Pescadores Fundadores, Armadores y Estibadores Artesanales de Playa Bahía Blanca indicó que siguen muriendo los animales debido a la contaminación.

Imagen: Andina

Bryan Jara explica cómo se debería proceder en este caso. “Aquí tenemos que mostrar cómo Repsol llevó a cabo esa metodología para determinar que esas áreas estaban correctamente limpias. Hay que evaluar si es que esa metodología era aplicable”. Jara indicó que, según lo indicado por un biólogo de la SPDA, deberían realizarse análisis químicos al agua, a sedimentos y a la acumulación en organismos de animales y verificar que los niveles de contaminación, especialmente de los hidrocarburos aromáticos policíclicos, sean menores a los permitidos. “La metodología que aplicó Repsol utilizó un dron submarino y análisis de especies marinas”, precisó Jara.

En cuanto al sector público, las acciones realizadas todavía no son suficientes, algo que se observó desde el inicio del desastre. “Lo que pudimos presenciar claramente es que la emergencia ambiental no se atendió de forma idónea, no se atendió con la debida urgencia”, mencionó Jara. “Somos testigos de que hubo una descoordinación entre todas las entidades involucradas en atender la emergencia, en el tema de competencias, de coordinación, de logística, etc.”. En este sentido, Jara exhortó a que se determinen acciones preventivas a fin de tener una mejor respuesta en caso exista una situación similar en el futuro.

“Debería existir un protocolo de actuación para este tipo de emergencias ambientales, así como también instrumentos que financien todas las acciones que se den en el marco de una emergencia ambiental. Tener la capacidad presupuestal para financiar todas las actividades requeridas para contener y atender esta emergencia ambiental”, dijo. A más de un año del derrame, la información sigue sin ser transparente, los pobladores se sienten abandonados por el Estado y el mar continúa contaminado. En definitiva, este sigue siendo un caso sin resolver.