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21/10/2024

Transformando el futuro energético del Perú: el papel de las energías renovables

Imagen: Andina

Por: Rafaela Andrade, voluntaria de Clima de Cambios

El Día del Ahorro de Energía es una fecha clave para reflexionar sobre el uso responsable y eficiente de los recursos energéticos, especialmente en un contexto donde el cambio climático y la escasez de recursos son problemas graves que enfrenta la sociedad.

Este día tiene especial relevancia para el Perú, que no solo busca cubrir la demanda energética de toda su población, sino también reducir su dependencia de fuentes de energía perjudiciales para el medio ambiente. En este contexto, las energías renovables se presentan como herramientas clave tanto para reducir la contaminación como para promover el ahorro de energía de manera sostenible. Al aprovechar estos recursos, el país tiene la oportunidad de diversificar su matriz energética, reducir la contaminación ambiental, fomentar el crecimiento económico y disminuir la desigualdad y la pobreza.

¿Cuál es el papel de las energías renovables en la lucha contra el cambio climático?

Para empezar, fuentes de energía como la solar, eólica, hidráulica o la biomasa son alternativas a los combustibles fósiles, más amigables con el medio ambiente al ser obtenidas a partir de recursos naturales inagotables o capaces de regenerarse. Además, no emiten gases de efecto invernadero, lo que contribuye significativamente a la reducción de la huella de carbono. En nuestro país, que depende en gran medida de los combustibles fósiles —principales generadores de CO2—, la transición hacia fuentes renovables puede reducir drásticamente las emisiones provenientes del transporte, la generación de electricidad en los hogares, la industria, la agricultura y la ganadería, entre otros sectores (Gamio, 2011).

Asimismo, el uso de estas energías no solo disminuye la emisión de gases de efecto invernadero, sino también de otros contaminantes atmosféricos, como las partículas de óxido de nitrógeno, generadas principalmente por la quema de combustibles fósiles (OMS, 2022). Por ello, especialmente en áreas urbanas, donde hay una mayor concentración de estas emisiones debido al transporte y actividades industriales, las energías renovables contribuyen a mejorar la calidad del aire. A su vez, la menor exposición a contaminantes atmosféricos impacta positivamente en la salud pública, reduciendo el riesgo de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y otras afecciones vinculadas a la contaminación. Es decir, la adopción de energías limpias no solo favorece al medio ambiente, sino que también mejora la calidad de vida, especialmente para los más vulnerables, como niños y ancianos (OMS, 2022).

¿Cómo la diversificación de fuentes de energía contribuye a cerrar la brecha de abastecimiento energético y a combatir la pobreza?

En el Perú, muchas comunidades rurales no cuentan con cobertura energética o dependen de fuentes de energía ineficientes y costosas. Según el informe del INEI sobre la pobreza monetaria en el Perú, en 2022 el 50.5% de la población nacional carecía del servicio de energía eléctrica mediante red pública o tenía acceso inadecuado, siendo mayor el porcentaje en el área rural (69.9%) que en la urbana (45.7%) (INEI, 2023). Ante esta situación, la implementación de tecnologías de energía renovable, como paneles solares y turbinas eólicas, permite llevar electricidad a zonas remotas de manera más económica y sostenible. Estas tecnologías no requieren costosas expansiones de la red eléctrica tradicional, ya que permiten instalar sistemas locales que aprovechan recursos naturales como el sol o el viento en áreas de difícil acceso (Gamio, 2016). Además, estos sistemas requieren menos mantenimiento y operan de forma autónoma, lo que reduce los costos operativos y de transporte (IRENA, 2020).

                                                         Imagen: Andina

La implementación de proyectos de energía renovable también tiene un impacto positivo en la creación de empleo y en las economías locales. Miles de empleos se generan directa e indirectamente, ya que se necesitan tanto para la construcción y operación de infraestructuras como para la manufactura, instalación y mantenimiento de equipos (Garí et al., 2011). Además, la descentralización de la producción energética permite que las comunidades locales se beneficien directamente de estos proyectos, fortaleciendo las economías locales y reduciendo la dependencia de fuentes energéticas externas (ESAN, 2018).

Por todos estos motivos, la transición a fuentes energéticas renovables es de vital importancia para el Perú. El país, además, cuenta con un gran potencial energético renovable, ya que estos recursos están distribuidos a lo largo de todo el territorio. Por ejemplo, hay una gran disponibilidad de biomasa en la Amazonía, recursos hídricos que derivan de la cuenca del Atlántico, potencial geotérmico en la zona andina y la cadena volcánica del sur, así como el recurso eólico en la costa y la energía solar en el sur del país (Vásquez et al., 2018). Todo esto representa una gran oportunidad para diversificar la matriz energética del país.

Sin embargo, según el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería, entre 2019 y 2021 el consumo de combustibles fósiles en el Perú representó el 82% del uso total de energía primaria (Osinergmin, 2022). Esto significa que, a pesar de las ventajas naturales, el sistema energético del Perú sigue dependiendo fuertemente de los combustibles fósiles.

Por ello, es fundamental que el gobierno promueva y desarrolle políticas públicas que incentiven la adopción de energías renovables y reduzcan la dependencia de combustibles fósiles. Esto incluye la implementación de incentivos fiscales para proyectos de energías renovables y la creación de un marco regulatorio claro que simplifique los trámites de licencias y permisos (Vásquez et al., 2018). También es crucial fomentar la investigación y el desarrollo en este sector, en colaboración con universidades y centros de investigación. Además, es necesario desarrollar programas de capacitación y educación para sensibilizar a la población sobre los beneficios de las energías renovables y cómo pueden ser parte de la transición energética. Finalmente, el gobierno debe invertir en infraestructura para energías renovables en áreas rurales, garantizando que las comunidades más vulnerables tengan acceso a suministros energéticos sostenibles y asequibles.

En conclusión, la transición hacia energías renovables en el Perú es vital no solo para mitigar los efectos del cambio climático, sino también para mejorar la salud pública, cerrar brechas de abastecimiento energético y promover un mayor desarrollo económico. En el marco del Día del Ahorro de Energía, es indispensable contar con el compromiso gubernamental para alcanzar metas energéticas. Sin embargo, también es crucial la participación ciudadana. Cada uno de nosotros puede contribuir a consumir energía de manera más responsable y limpia, desde el uso eficiente de electrodomésticos hasta optar por fuentes renovables en nuestros hogares. De esta manera, contribuimos al desarrollo del país mediante el ahorro energético y la sostenibilidad.

Fuentes consultadas