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17/12/2015

«Se puede estudiar los depósitos geológicos y así planear mejor para el futuro»

 

Acerca de sus conferencias, ¿cómo la información sobre los terremotos y tsunamis pasados puede mejorar la evaluación de los peligros de este tipo de eventos en el futuro?

 

Cuando los grandes terremotos que producen tsunamis son muy raros, es decir, no ocurren muy frecuentemente, puede haber —por ejemplo— solo uno o dos en el registro histórico. En Perú y en Chile, que es donde trabajo, el registro histórico es más largo, pero solamente hay cuatro o cinco. Si buscamos más información de los depósitos geológicos, podremos saber si la recurrencia es normal o si hubo épocas más largas sin grandes terremotos. Eso solo lo podemos saber más si conocemos más del pasado; así podemos planear mejor para el futuro.

 

¿Cuál es la situación en el caso del Perú?

 

No he estudiado mucho los terremotos en Perú, pero, al igual que Chile, hay una falla muy grande cerca de la costa, que puede producir terremotos y tsunamis de gran magnitud. Hay algunos históricos, como el de 1746. Entonces, se puede estudiar los depósitos geológicos en la costa del Perú, para saber si hubo otros como ese en el pasado y cuánto tiempo pasó entre tales eventos, y así planear si puede haber otro en el futuro y cuáles pueden ser los efectos.

 

De acuerdo a esa información, ¿qué se espera en Chile?

 

Gracias a los registros históricos, ahora sabemos más sobre cuán extensivas fueron las rupturas de las fallas en el pasado y, por ende, si cruzaron fronteras. Así, podemos determinar qué terremotos en el pasado fueron más grandes, como el de 1960 en Valdivia, y cuáles de menor intensidad. Y esa información es muy valiosa para las ciudades costeras: saber si hubo un terremoto o un tsunami en el pasado, con el fin de prepararse para lo que podría pasar.

 

Respecto a su investigación sobre el vínculo entre el cambio climático y la frecuencia de las inundaciones en Estados Unidos, ¿cuáles son los puntos más importantes sobre esta relación?

 

Yo trabajé en el suroeste de los Estados Unidos y es una región donde el clima tiene una conexión con El Niño, como aquí en Perú. En los años de El Niño más intenso, llovió más en el invierno y las inundaciones fueron más frecuentes. Y encontramos una conexión con el pasado: había un tiempo de más inundaciones y después había otro tiempo sin grandes inundaciones. Esto corresponde a tiempos con otra evidencia del clima con más precipitaciones y posiblemente con El Niño más fuerte.

 

¿Cuál es esa conexión entre El Niño y Norteamérica?

 

Con la circulación del océano, hay una corriente en la costa oeste de Norteamérica que es similar a la corriente en Sudamérica, fría, y que durante El Niño cambia a una corriente más caliente. El cambio no es tan grande como aquí, pero igual se da. Y también hay un cambio en la dirección de los huracanes, que tienen más probabilidad de ir más hacia el norte durante los tiempos de El Niño e ir más al sur en otros tiempos.

 

¿En qué años sucedió?

 

En 1982 y 1983 hubo un evento grande con muchas inundaciones, y en 1997 también. Hay una correlación fuerte en esa parte (suroeste de Norteamérica). Ahora yo vivo en el noroeste de los Estados Unidos, cerca de Canadá, y allá la conexión no es tan fuerte. Es diferente en distintas partes.

 

¿Y le gustaría investigar algún evento geológico en el Perú?

 

Sí, todavía tengo interés en las inundaciones y cambios climáticos, y en los terremotos y tsunamis, en los registros y depósitos geológicos de estos eventos grandes, y Perú los tiene. Hay oportunidades para geólogos, geógrafos e investigadores en general.