Uno de los grandes problemas que afronta la Amazonía, es que existe una falsa percepción de la potencialidad que brindan los bosques, pues los pobladores creen que todos los bosques de la región son productivos pero no es así, si no la región no estaría atravesando una crisis de deforestación.
Los bosques en la selva poseen suelos pobres:
Los campesinos siembran sus cultivos y estos suelos solo producen para dos años y luego se vuelven sembríos infértiles, lo cual refleja un proceso de amenaza que aumenta el peligro de la deforestación producto del cambio de uso de la tierra y de la pobreza de las mismas.
“La única manera de combatir o frenar la deforestación de las regiones en primer lugar va por ordenar el territorio. La única forma de hacerlo es con una sociedad inclusiva, tenemos 15 concesiones en manos de asociaciones de agricultores, rondas campesinas, comunidades nativas y de la sociedad civil organizada que decide sumarse a este proceso no porque el bosque le da pajaritos sino porque mantener un bosque es más rentable que convertido en chacra con un cultivo”, dijo Sylvia Reátegui, Gerente Regional de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente del Gobierno de San Martín.
Reátegui indicó que los pobladores ya aceptan que un bosque puede convertirse en un espacio donde se puede controlar los productos forestales, maderables y no maderables.
Cambio de actitud:
La bióloga Sylvia Reátegui, manifestó que es necesario generar un nivel de conciencia y este es un proceso largo, pues el tránsito para lograr una sostenibilidad es un gran camino por recorrer.
“Requerimos aun de recursos financieros para poder monitorear el área, saber en qué momento ocurre un incendio forestal y tener la capacidad de reacción. No tenemos bomberos forestales y aún hay mucho trabajo por recorrer, pero el hecho de tener la visión de ser una región verde ya es un gran avance”, puntualizó.
Asimismo dijo que lo que han podido avanzar en la zona es gracias al financiamiento de la sociedad civil y privada, pero el reto es trabajar e investigar para hacer un verdadero inventario ya que aún hay poca información sobre los recursos naturales que posee la zona.
“El Estado tiene que hacer una distribución de recursos que a nosotros nos permita trabajar, nos han transferido competencias forestales pero eso no es suficiente”, agregó.