En los últimos años, el cambio climático se ha convertido en una emergencia mundial que amenaza la vida en el planeta para las próximas décadas. Se estima que, para este siglo, la temperatura global se incrementará en, al menos, 2.7°C; lo cual supondría un aumento del 62% de zonas calcinadas debido a incendios forestales en el hemisferio norte durante el verano, la pérdida del hábitat de un tercio de los mamíferos del mundo, y períodos de sequías más frecuentes, de entre cuatro y diez meses.
Por ello, uno de los objetivos principales de la COP26 fue establecer consensos entre los países asistentes con el fin de mantener el incremento de las temperaturas por debajo de 1.5°C; debido a que ello constituye el «único futuro habitable para la humanidad», según los científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.
Se han establecido diversos acuerdos durante la COP26, entre ellos se encuentra el establecido entre China y Estados Unidos, en el que se ratifica que ambos países reducirán sus emisiones de carbono en la próxima década. Otro de los anuncios importantes fue el de Reino Unido acerca del acuerdo de 77 países que se comprometen a eliminar la producción y el uso del carbón. Este compromiso se realizaría de manera gradual.
Otros de los avances concretos se dieron en el Fondo de Inversión Climática (CIF), en el que se informó que países como Filipinas, India, Indonesia y Sudáfrica serán los primeros receptores de un multimillonario programa que se dará con el propósito de acelerar la transición del uso del carbón a una energía limpia.
Por su lado, la delegación peruana -conformada por un equipo multisectorial entre los cuales destacan representantes estatales, de comunidades indígenas amazónicas y andinas, y otros- suscribió, de igual manera, compromisos hacia la mitigación del cambio climático. En ese sentido, se puede encontrar el acuerdo para frenar la deforestación. Para esto, Perú reafirmó impulsar la restauración y conservación de ecosistemas terrestres, además de promover el desarrollo y consumo sostenibles, así como una agricultura que considere como pilar fundamental la seguridad alimentaria que beneficie al medio ambiente. De igual manera, las delegaciones indígenas peruanas, a través de ponencias, presentaron iniciativas para la adaptación y conservación de las zonas amazónicas y andinas a fin de construir una visión en América Latina respecto de la acción climática conjunta.
Ante esto último, la doctora Deborah Delgado, profesora de Sociología de nuestra casa de estudios, quien tuvo la oportunidad de participar en las negociaciones de la COP26 en Glasgow, recalcó algunos puntos trascendentales. Destacó, en primer lugar, que estas negociaciones versaron en torno a las políticas de mitigación y adaptación al cambio climático, en las que persiste una brecha desigualdad para poder lograr esto último, ya que las condiciones sociales son fragmentadas. En segundo lugar, sobre los compromisos internacionales, señaló que las acciones estatales y civiles difieren en cada contexto y que, a pesar de la complejidad, pueden ser alcanzadas. Finalmente, Delgado reflexionó respecto de las promesas estipuladas dentro de un marco común entre los Estados, así enfatiza el trabajo nacional y regional además de un rol activo vigilante por parte de la sociedad civil.