Escrito por: Diego Grimaldo
Para entender la importancia de cuidar y estudiar los bosques tropicales de la Amazonía basta con saber que estos almacenan el 40% del carbono que reside en la vegetación de la Tierra, lo que significa que alguna alteración en su funcionamiento o estructura podría llegar a tener consecuencias funestas para la biodiversidad, el cambio climático y, por qué no, en la conservación de la vida en el planeta.
La Reserva Nacional Tambopata, ubicada en el departamento de Madre de Dios, es uno de los lugares más atractivos y ricos en flora y fauna del mundo. Allí, un grupo de especialistas de diferentes instituciones impulsó la construcción de una torre de monitoreo de gases de efecto invernadero: la Católica, a través del Instituto de Ciencias de la Naturaleza, Territorio y Energías Renovables (INTE–PUCP), y el consorcio RAINFOR, se unieron con NERC, SAGES y AIDER (ver páginas 4 y 5) con la intención de conocer cómo interactúan los bosques y cómo estos intercambian energía con la atmósfera.
Sigue leyendo el informe aquí.