Mientras que en algunas zonas del planeta la temperatura baja y los hielos se expanden, en algunas zonas de la Antártida la temperatura tiende a subir, y esto conlleva una reducción en las colonias de pingüinos, según el informe de WWF (World Wide Fund for Nature) y de la Fundación Vida Silvestre Argentina.
El informe estudia las condiciones de vida de los pingüinos Emperador y Adelia, analizando los posibles efectos de un aumento de dos grados en la temperatura de la península antártica. Por ejemplo, en el caso de los pingüinos Adelia, se calcula que en 40 años perderían el 75% de su población. De hecho, ya han disminuido en un 60% en 25 años. Por otro lado, las colonias de pingüinos Emperador se reducirían un 50%, porque padecen un alto grado de estrés.
Otras especies animales que viven en la Antártida también sufrirían graves reducciones de población si su habitat varía debido a los cambios de temperatura. Andrés Barbosa, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, explicó que el aumento de la temperatura en la península ha provocado la reducción del hielo marino y con ello la producción del fitopláncton del que se alimenta el krill, una especie de camarón que es la dieta básica no sólo de los pingüinos, sino también de muchos otros vertebrados antárticos.
El incremento en los hielos que ocurre en el verano del sur (la época de cría de las especies) aleja a los pingüinos del mar, y por lo tanto del alimento, lo cual puede derivar en la muerte de las crías.
Los responsables de WWF hicieron un llamado internacional para reducir los gases de efecto invernadero, pues, como se comprueba en este estudio, la actividad humana realizada a miles de kilómetros afecta a un lugar remoto como la Antártida. "Tenemos que recapacitar sobre el modelo energético que tenemos", declaró Juan Casavelos, coordinador del programa de Cambio Climático de la Fundación Vida Silvestre.
Fuente: PNUMA
Foto: Greenpeace