En los últimos 20 años, la Tierra ha mostrado una disminución de 0.5% del 30% que reflejaba, en promedio, la luz solar.
El brillo del planeta Tierra varía por un factor interno y uno externo: en el caso del interno, el albedo terrestre se refiere a la proporción de radiación que nuestro planeta refleja respecto a la radiación que incide sobre la misma, es decir, en la irradiancia solar. El promedio de albedo medio es aproximadamente el 37% de la radiación solar, pero puede variar por diversos factores, uno de ellos es la reducción de las nubes bajas brillantes y reflectantes sobre el Océano Pacífico oriental en los últimos años, de acuerdo con distintas mediciones de los satélites.
Luego de 20 años de observación desde el Observatorio Solar Big Bear, California, publicaron los resultados de un estudio en AGU Geophysical Research Letters, en el que se evidencia que el albedo de la Tierra se ha reducido cerca de 0.5%. Es decir, la Tierra refleja 0.5 vatios por metro cuadrado (W/m2) menos de lo que era hace dos décadas. Esta reducción conllevaría a intensificar el calentamiento global, en el sentido de que la energía absorbida por el planeta se vería incrementada. Así, la luz solar es atrapada por la atmósfera e impedida de salir al espacio por el aumento de los GEI (gases de efecto invernadero), lo que acrecienta la crisis climática. Además, es preciso mencionar que algunas investigaciones relacionan la reducción del albedo con la disminución de superficies cubiertas por nieve y hielo, provocado principalmente por el calentamiento global.
En cuanto a las causas de este suceso, algunos investigadores y científicos señalan que esta anomalía se da debido a la reducción de nubes bajas brillantes y reflectantes, las cuales tienen el rol de reflejar gran parte de la luz del sol en la zona oriental del Pacífico. A consecuencia de ello, se registró el incremento de temperaturas en las zonas marinas, lo cual pone en evidencia la presencia del fenómeno del calentamiento global en las superficies oceánicas.
Por ello, tal como menciona El Financiero, “la reciente caída en el albedo se atribuye a un calentamiento del Pacífico oriental, que se mide para reducir la cobertura de nubes bajas y, por lo tanto, el albedo” (2021). En este sentido, una reducción en el albedo ocasiona un incremento agudo en los niveles de calentamiento global ya existentes, así genera un ciclo circular al derivar esto último en una menor presencia de nubes en la zona.
Las consecuencias de este fenómeno nos indican que la falta de luminosidad conllevaría a un aumento de temperatura, ya que el planeta necesitaría una mayor cantidad de energía solar. Y siguiendo esta línea, debido a que no se tiene un control adecuado sobre las radiaciones solares, se estaría ocasionando daños de mayor magnitud en el medio ambiente.