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07/12/2018

Oceana: “Ley de Plásticos de un solo uso es completa y ambiciosa”

¿Cuánto demoró que hayamos tenido una ley Ley de Plásticos de un solo uso?
El proceso ha demorado un año. El primer proyecto de ley lo presentó el congresista Marco Arana a inicios de diciembre del año pasado, y desde ahí se han ido sumando congresistas de diferentes bancadas. Al final, hemos tenido más de 20 proyectos de ley sobre el uso de plásticos; ello demuestra que la preocupación de muchos ciudadanos fue también la preocupación de diversas bancadas.

El proceso ha sido abierto y participativo; hemos tenido mesas técnicas y espacios de diálogo promovidos por las comisiones encargadas en el Congreso y también por el Ministerio del Ambiente, donde han participado organizaciones de la sociedad civil, la industria y la academia. En ese proceso se han recogido aportes de todos los actores y tenemos una ley bastante completa y ambiciosa.

¿Por qué es una ley completa y ambiciosa?
Algo que la hace diferente a otras leyes que se han aprobado en la región – como en Chile y Colombia – es que esta ley no solo se enfoca en un tipo de plástico de un solo uso. En nuestro caso, el Congreso aprobó una ley que regula no solamente las bolsas sino otros plásticos descartables que se utilizan sobre todo en la industria gastronómica, como envases de tecnopor, cañitas, vasos descartables y cubiertos.

Por ese lado es bien ambiciosa, pero además, es interesante porque establece medidas que son de aplicación progresiva, no es que a partir de mañana se prohíbe todo, sino que se han establecido plazos diferenciados de acuerdo al tipo de producto y a qué tan rápido la industria de los consumidores podemos adaptarnos a este cambio.

¿Cuáles son los pasos para su implementación?
Hay tres plazos: El primero, en el que se restringe el ingreso de este tipo de productos a zonas sensibles o zonas importantes a las que se debe proteger de la contaminación plástica, como son las áreas naturales protegidas, las playas de la costa o amazónicas o sitios que han sido declarados como patrimonio natural o cultural, y además, en el mismo plazo, se están prohibiendo que se utilicen bolsas de envoltorios plásticos para lo que es revistas, periódicos, recibos por servicio, como las que nos llegan a casa con los recibos.

El segundo plazo es a un año y está dirigido a productos que son fáciles de sacar de nuestras vidas, como los sorbetes y las bolsas plásticas más pequeñas y delgadas (de dimensiones menores a 30×30 cm) y las bolsas oxodegradables que son aquellas bolsas a las que se han añadido aditivos para acelerar su fragmentación pero qué no se biodegradan realmente, sino que estos aditivos los convierten en microplásticos más rápido.

El tercer plazo es de 36 meses y es para el resto de productos como los envases de tecnopor, los platos, vasos y descartables de comida, y el resto de bolsas plásticas que tienen mayores dimensiones; además, se creará un impuesto que regirá a partir de agosto de 2019, entonces, cuando los consumidores vayamos al mercado y nos olvidamos nuestra bolsa de tela o canasta, vamos a tener que pagar 10 céntimos por cada bolsa; por lo tanto lo ideal es cambiar de hábito; la norma también establece un porcentaje de PET reciclado en la composición de las botellas de bebidas, productos de belleza o comida; estos productos van a tener por lo menos un 15% de material reciclado y para hacer este cambio, también se establece un plazo de tres años, ello va a favorecer a la industria del reciclaje en el país.

¿Cuál es ahora el rol del Ministerio, la Sociedad Civil y la academia?
Al MINAM lo que ahora le corresponde, es trabajar en la reglamentación de la ley, pues la ley es de carácter general y algunas de las disposiciones requieren un mayor desarrollo para su implementación.

Se ha dado un plazo de seis meses para que se aprueba el reglamento y los demás actores, como la academia, la sociedad civil y las empresas, tenemos que participar activamente en este proceso de reglamentación para que nuestros aportes se sigan recogiendo, pero además, los consumidores y las empresas que quieran sumarse en este cambio, tienen que empezar a hacerlo. Si bien hay plazos – hasta de tres años-, no hay que esperar para cambiar, es más bien un tiempo para adaptarnos. Se tiene que empezar a hacer inversiones para hacer cambios en los materiales que se utilizan y buscar eficiencia y eco eficiencia en diseños y productos para que tengan una vida útil más larga y facilitar el reciclaje.

Los consumidores, lo que podemos hacer es un esfuerzo para cambiar nuestros hábitos y poner nuestro granito de arena porque cada uno puede ir generando el cambio desde su propia casa.