Las dos alpacas que ahora habitan en la PUCP, son animales que fueron obsequiadas a Juan del Carmen Haro Muñoz, antiguo Viceministro de Construcción y Saneamiento; y donadas posteriormente al Rector.
«Se logró acondicionar un espacio temporal para poder acoger a estas alpacas. Luego se realizará un corral más grande pero aún estamos viendo qué espacio dentro de la universidad es el más adecuado», asegura Javier Salazar, Coordinador de Gestión Ambiental en la PUCP.
Las alpacas son animales domésticos:
«El calor del verano o el frío del invierno no los va a matar. Son animales domésticos muy adaptables al cautiverio, y ello implica que no tienen que estar en un lugar específico para sobrevivir; por ello, aquí en la PUCP mientras se les dé los alimentos y el espacio que ellos necesitan, van a poder vivir tranquilos», precisa Salazar.
Las condiciones de crianza en la PUCP no les va a afectar negativamente, porque cuentan con un ambiente adecuado con sombra y cobija; además son monitoreados permanentemente con la asistencia de médicos veterinarios.
Alimentación y cuidados:
Las alpacas no pueden ni deben comer lo que nosotros comemos. A estos animalitos se les compra alimentos diferentes; por ejemplo, ellos comen alfalfa fresca, zanahoria y heno de alfalfa; además se les brinda agua fresca a diario.
Su alimentación es determinada a partir de una dieta elaborada por los veterinarios para mantenerse en buen estado.
Sus alimentos deben estar bajo sombra; por ello, es importante que no se les invite nada de lo que las personas comemos.
«Como todos los animales que la PUCP tiene bajo crianza, las alpacas también tienen un control veterinario que consiste en una evaluación física, aplicación de suplementos vitamínicos, proteicos y minerales, toma de muestra de sangre y heces para análisis clínico, revisión de pezuñas y esquila en época de verano», puntualiza Salazar.
