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24/04/2011

Gaylord Nelson, el Día de la Tierra y el movimiento ambiental mundial

 

Los inicios del Día de la Tierra


Este año se cumplen 41 años desde la creación del Día de la Tierra, el que se celebra en más de 150 países alrededor del mundo. Su creador fue Gaylord Nelson, ex senador estatal, ex gobernador del estado de Wisconsin y ex senador federal en los Estados Unidos de América (EUA), quién se inspiró en las protestas estudiantiles en contra de la guerra de Vietnam de los años 60s. El principal propósito del senador Nelson fue que se dedicara un día al año para concientizar, inspirar e inducir a la gente a apreciar la naturaleza, a proteger el planeta y a cuidar el medio ambiente. Esta idea logró inspirar a millones de personas en todo el mundo y sus resultados son evidentes en todo el planeta.

 

 

El impulsor del cambio


Yo conocí al senador Nelson en agosto de 1996, unos meses antes de que él aceptara integrar, conjuntamente conmigo, la Junta de Fiduciarios de The Tropics Foundation, cuya sede está en la ciudad de Atlanta, en el estado de Georgia, en los EUA. Durante cinco años consecutivos tuve la honra de compartir ideas y momentos inolvidables en esa Junta con este hombre extraordinario. El senador Nelson era un hombre focalizado en la protección ambiental y disponía de herramientas poderosas para conseguir que sus ideas se generalizaran y que fuesen adoptadas en todo el mundo. Su principal característica era que conseguía inspirar – y hacer cambiar de ideas muy fácilmente, al ciudadano de a pié, a los políticos y a los empresarios. Tenía un estilo de liderazgo poco común, sobre todo en nuestra América Latina. A pesar de que había ocupado puestos importantísimos, tales como los apuntados arriba y de que ostentaba un poder e influencia formidables en todos los EUA, él era un hombre humilde, amigable y asequible. A su vez era un excelente comunicador y poseía una fuerza interior y convicciones impresionantes. Tenía también una gran habilidad para escuchar, delegar y priorizar.

 

Él casi siempre utilizaba un enfoque holístico para la toma de decisiones y para solucionar problemas, lo cual le permitía encontrar soluciones duraderas que beneficiaban a todos y a todas. Pero posiblemente su mayor característica era que creía profundamente en la gente y en las instituciones de la sociedad civil como agentes de cambio. Fue precisamente así como él logro crear el Día de la Tierra: a través de la movilización de la gente – y sobre todo de los jóvenes, a lo largo y ancho de los EUA. También logró la concientización de los políticos nacionales estadounidenses de la “crisis ambiental” que estaban viviendo los EUA a fines de la década de los 60s y la formación de coaliciones y redes sociales que en los 70s estaban conformadas por personas y grupos que incluían gremios estudiantiles, obreros, ambientalistas, intelectuales y políticos, entre otros.

 

El senador Nelson nació en una pequeña ciudad en el estado de Wisconsin. Estudió leyes en la Universidad de Wisconsin y fue veterano de la Guerra del Pacifico, que enfrentó a los EUA con el Japón durante la Segunda Guerra Mundial. En 1948 fue electo senador estatal y en 1958 fue electo gobernador del estado. Siendo senador estatal logró aprobar un impuesto de un céntimo de dólar estadounidense a cada cajetilla de cigarrillos para financiar la compra de 715 mil hectáreas (un millón de acres) para parques naturales estatales. Falleció el 03 de julio de 2005.

 

Reverberaciones ambientales posteriores


El Día de la Tierra dio curso al movimiento ambientalista moderno, presente prácticamente en todo el mundo, en el cual el senador Nelson continuó involucrado posteriormente a su jubilación, desde The Wilderness Society, una de las principales organizaciones ambientalistas de los EUA, donde él laboraba ad honorem. En los EUA este movimiento dio curso a la aprobación del marco jurídico e institucional de protección y desarrollo ambiental existente hasta esta fecha en ese país. La lista de leyes federales y estatales de corte ambiental y el número de instituciones creadas con ellas, para su implementación, son innumerables, incluida la Agencia de Protección Ambiental. Algo similar ocurrió en Europa, Japón y la mayoría de países en desarrollo. La institucionalidad responsable de la protección ambiental se ha construido de a pocos, pero con cimientos firmes y roles cada vez más fuertes y definidos.

 

Sus ideas también han evolucionado. En 1987 sus ideas dieron origen al concepto del desarrollo sostenible, en la Comisión Brundtland, enfoque que busca encontrar un balance entre el desarrollo económico, social y ambiental de las presentes generaciones sin afectar aquel de las futuras generaciones. En el ámbito multilateral se ha creado un marco institucional completo: Convención de la Biodiversidad, la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, la Convención de las Naciones Unidas para el Combate a la Desertificacion, la Convención Ramsar para la protección de Humedales, la Convención para el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora en Peligro de Extinción, los Protocolos de Kioto sobre cambio climático y el Protocolo de Montreal sobre sustancias que afectan la capa de ozono, entre otros.  En los años 90s se introdujeron estándares y criterios de sostenibilidad y de producción más limpia, tanto por instituciones multilaterales de Naciones Unidas, tales como la Organización Internacional de Estandares (ISO) y del sector privado, tales como la Fair Trade Labelling Organization (FLO) o el Consejo Mundial Forestal (FSC). En los años 00s se ha internalizado la práctica de la responsabilidad social empresarial y empieza a calar el modelo de los econegocios entre las empresas, que buscan producir bienes y servicios en el marco del desarrollo sostenible.

 


¿Qué pasa en el Perú?


Pero, a pesar de que se han logrado niveles cada vez mayores de concientización ambiental, de acciones concretas y de resultados loables, el impacto positivo de este movimiento se ve sobre todo en los países desarrollados. Los resultados concretos en la mayoría de los países en desarrollo son todavía relativamente débiles. El Perú es un buen ejemplo de esto. A pesar de que ya existen varios indicios de cambio, los cuales son loables, todavía se continúa devastando aceleradamente los recursos naturales (bosques, recursos marinos), contaminando las aguas, el aire y el suelo,  gestionando los residuos sólidos y líquidos sin criterios de sostenibilidad ambiental y social, comprometiendo la salud de millones de peruanos. También se continúa priorizando la generación de riqueza con altas externalidades negativas que le están costando caro al país, a la sociedad peruana y al mundo.  Sin lugar a dudas que se necesita crear en el país una mayor conciencia para dar el siguiente gran paso, hacia un desarrollo sostenible, inclusivo y equitativo, que beneficie a todos y todas en el Perú sin comprometer a las presentes y futuras generaciones.

 

Ruben Guevara, Profesor e Investigador de CENTRUM Católica.

 

 

Foto: itirucunoticias.com