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17/09/2021

Efectos del cambio climático e incendios forestales aumentan el deterioro de la capa de ozono

El extremo calentamiento global, consecuencia del cambio climático, y los recientes incendios forestales han creado graves deterioros en la capa de ozono a pesar de la reducción de gases de efecto invernadero debido al confinamiento y las medidas establecidas en el Protocolo de Montreal.

 

La capa de ozono es una frágil capa que nos protege de los efectos peligrosos de los rayos solares y permite que haya vida en la Tierra. Los seres humanos, al usar productos como aerosoles, refrigeradoras y aire acondicionado, vienen dañando dicha capa protectora del planeta, la cual se ha deteriorado con el paso de los años.

Lo comentado anteriormente sucede debido a la formación de nubes estratosféricas polares compuestas por agua y ácido nítrico, producto de la alta presencia de sustancias agotadoras en la atmósfera que convierten los compuestos no reactivos en reactivos al reaccionar con la luz solar y destruyen el ozono. De la misma forma, los incendios forestales, provocados por las altas temperaturas y sequías -consecuencia del calentamiento global-, contribuyen a la formación de estas nubes que marcarán el tamaño de los grandes agujeros en la capa de ozono.

De acuerdo con evidencias científicas, el calentamiento global se seguirá intensificando. Entre los principales indicadores se resalta que, solo este año, se ha llegado a 419 partes por millón (ppm) de dióxido de carbono atmosférico según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA). Asimismo, en el hemisferio norte, se rompieron los récords de altas temperaturas como consecuencia del cambio climático. Así, según la NASA, los incendios forestales aumentaron en el verano del 2021 en América del Norte, en la costa mediterránea de Italia, España, Grecia, Turquía y Rusia; se ha registrado hasta el momento más de 300 incendios. Por último, en Estados Unidos, una larga e intensa sequía ha dejado gran parte del oeste vulnerable y el número de hectáreas quemadas en California ha aumentado en más de un 250% con respecto a 2020.


Agregado a lo mencionado, el humo que provocan los incendios forestales ha afectado el aire en la estratósfera desde los 10 km hasta los 50 km de altura y ha bloqueado la luz solar a una “escala planetaria”; de esta forma, replica los efectos de una erupción volcánica comparables al efecto acumulativo de todas las erupciones volcánicas moderadas de los últimos 30 años. Además, de acuerdo con una reciente investigación publicada en la revista National Geographic, las partículas de humo hacen que algunas nubes sean más densas y compactas con gotitas diminutas de agua que permanecen flotando en el aire, lo cual puede causar una caída de las precipitaciones que intensificarían las sequías.