El Día Mundial del Agua fue adoptado por la ONU en 1992 para promover cada 22 de marzo la importancia de este recurso. Además uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible tiene como meta «garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos» para el año 2030.
Existe una fuente de agua que aún no ha sido explorada en su totalidad: las aguas residuales. Las aguas residuales son, por ejemplo, las que quedan después de lavar los platos o incluso utilizar el baño, y pueden ser un recurso para satisfacer la creciente demanda mundial de agua dulce y diversas materias primas.
¿Por qué es necesaria esta medida?
La necesidad de someter las aguas residuales a un proceso de limpieza se debe a que más del 80% de esta agua vuelve al medio ambiente sin tratamiento de saneamiento o reutilización y cada año causa la muerte de 842 mil personas.
Se estima además que 1 millón 800 mil personas tiene una fuente de agua contaminada.
El Informe de la ONU sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo 2017, advierte que en un futuro próximo el volumen de aguas residuales que necesitan tratamiento aumentará en los países menos desarrollados; por esta razón, la ONU busca generar conciencia sobre la importancia y necesidad de disminuir el porcentaje de aguas sin tratamiento para que vuelvan a estar aptas para el consumo humano.
