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21/03/2025

¿Cuánto tiempo queda antes que desaparezcan los glaciares del Perú?

Imagen: SPDA

El hielo que ha sido testigo del paso del tiempo y de la humanidad, hoy se derrite a un ritmo alarmante.

Los glaciares, además de ser masas de hielo milenarias, cumplen un papel fundamental en el equilibrio climático global, regulan los ciclos hídricos y son una fuente vital de agua dulce para millones de personas. En el caso del Perú, su importancia trasciende lo nacional, pues el país alberga el 68% de los glaciares tropicales del mundo, y abastecen de agua a comunidades, ecosistemas y economías en la región andina.

Por ello, el acelerado retroceso de los glaciares no puede entenderse solamente como una amenaza de escala global. «No deberíamos caer en la trampa de pensar que esto solo nos afecta a nivel nacional. Se trata de un fenómeno que impacta a toda la región andina y, en general, al mundo entero», advierte Fabian Drenkhan, docente de Geografía y Medio Ambiente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). La desaparición del hielo altera el equilibrio climático, compromete la disponibilidad de agua dulce y pone en riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas.

La magnitud del problema ha llevado a las Naciones Unidas a declarar el 2025 como Año Internacional de la Conservación de los Glaciares, acompañado de la proclamación del 21 de marzo de cada año como Día Mundial de los Glaciares a partir de este 2025. La fecha busca visibilizar la urgencia de esta crisis y fomentar soluciones sostenibles a nivel internacional.

El aumento de la temperatura global es la principal causa de la desaparición de los glaciares, pero no la única. Cambios en los patrones de precipitación, la humedad y los vientos han modificado la dinámica glaciar en los Andes. Además, fenómenos antrópicos que, a simple vista, podrían parecer poco relacionados, como la deforestación en la Amazonía, afectan la cantidad de humedad disponible en la atmósfera y reducen la acumulación de nieve en los Andes. «La deforestación en la Amazonía también influye. Con menos humedad disponible en la atmósfera, hay menos nieve que alimente los glaciares», explica Drenkhan.

Otro factor determinante es la contaminación por carbono negro, producto de la quema de combustibles fósiles en ciudades e industrias. Estas partículas, al depositarse sobre la nieve y el hielo, oscurecen la superficie glaciar, aumentan la absorción de calor y aceleran el derretimiento. Estudios recientes en el Perú han demostrado que este tipo de contaminación contribuye significativamente a la pérdida de masa glaciar.

El impacto es evidente en cordilleras como La Viuda, donde los glaciares han perdido hasta el 90% de su área en las últimas décadas. Las masas glaciares más pequeñas y ubicadas a menor altitud son las primeras en desaparecer, mientras que solo las de mayor altitud y volumen podrían resistir por más tiempo.

El agua que desaparece

Los glaciares representan una fuente vital de agua para las comunidades andinas, suministrando caudales esenciales para el consumo humano, la agricultura y la generación hidroeléctrica. Su desaparición amenaza la seguridad hídrica de miles de personas que dependen del deshielo estacional.

El problema, sin embargo, no se limita a la cantidad de agua disponible. El retroceso glaciar también ha intensificado el drenaje ácido de roca, un fenómeno que puede convertir fuentes antes potables en agua tóxica. «El retroceso glaciar intensifica el drenaje ácido de roca, que es en sí un proceso natural que, al acelerarse, contamina los cuerpos de agua, y pone en riesgo la seguridad hídrica y la salud de las comunidades, su ganado y de los ecosistemas», señala Drenkhan.

Pero la pérdida no es solo material, también rompe un lazo ancestral con la naturaleza. Para muchas culturas altoandinas, estas masas de hielo son consideradas entidades sagradas, guardianes espirituales de los pueblos y su retroceso es percibido como una pérdida “comparable a la desaparición de un ancestro protector”. Su pérdida cultural y simbólica afecta tanto la cosmovisión como las prácticas tradicionales de estas comunidades. 

                                                                   Imagen Andina: Nevado Hualcan

¿Es posible conservar los glaciares?

En las últimas seis décadas, el Perú ha perdido el 56% de su área glaciar, con una reducción promedio del 1% anual. De mantenerse esta tendencia, en los próximos 50 años, muchos de estos glaciares desaparecerán por completo, mientras que solo los más grandes y altos lograrán persistir en sus zonas más elevadas. Drenkhan advierte que si esta proyección se mantiene de manera lineal, en un siglo, la mayoría de los glaciares en el Perú podría haber desaparecido.

Desde un punto de vista científico, evitar la desaparición de los glaciares tropicales es prácticamente imposible. Sin embargo, reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero puede ralentizar su retroceso y hacer viable una transición más progresiva. «Reducir las emisiones puede hacer que su retroceso sea más lento y nos dará tiempo para la adaptación. Cada año que logramos que un glaciar sobreviva es un año más de preparación», enfatiza Drenkhan. 

El proceso requiere una gestión eficiente y sostenible de los recursos hídricos, inversión en infraestructuras de almacenamiento, y restauración de ecosistemas que regulan el ciclo del agua. En un futuro, muchas de estas masas de hielo podrían reducirse excesivamente, y algunas incluso desaparecer, así la pregunta no se centra en si ocurrirá, sino en cómo enfrentaremos un mundo con menos glaciares y qué tanto puede mitigarse su retroceso a través de nuestras acciones.