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10/10/2016

Avances de las políticas climáticas y de equidad de género en el Perú

 

Se llevó a cabo el seminario «El cambio climático y las políticas de equidad de género: avances y retos para una mayor resiliencia desde el Estado y la sociedad civil», organizado por la Especialidad de Trabajo Social de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas, y el Grupo de Investigación sobre Cambio Climático y Gestión de Riesgos de la PUCP.

 

Este seminario se configuró, en palabras de Haydeé Alor, docente del Departamento de Humanidades y coordinadora del programa de la Universidad de la Experiencia (UNEX) de la PUCP, «como un espacio que nos permitirá conocer los alcances del recientemente aprobado PAGCC [Plan de Acción de Género y Cambio Climático], y también revisar los avances del PLANIG [Plan Nacional de Igualdad de Género 2012-2017] en la implementación del objetivo estratégico número 8 [valorar el aporte de las mujeres en el manejo sostenible de los recursos naturales]».

 

Josefa Rojas, docente del INTE-PUCP y moderadora del evento, resaltó la importancia del PAGCC, posicionándolo como «uno de los planes nacionales más importantes”. “El objetivo de este seminario es apoyar a que este plan pueda tener una agenda de investigación que contribuya a su implementación», agregó.

 

En ese sentido, Anita Arrascue, bióloga y especialista de fortalecimiento de capacidades en la Dirección General de Cambio Climático, Desertificación y Recursos Hídricos del Ministerio del Ambiente (Minam), señaló que generar una agenda de investigación y de enseñanza aporta mucho al proceso de implementación del PAGCC. Asimismo, destacó a la COP 20 como un hito para muchos temas, especialmente el de género. «Este plan fue el resultado de un proceso internacional: el Programa de trabajo de Lima sobre el género. En el cual, Perú se comprometió a elaborar el PAGCC, siendo el único país en Sudamérica que lo tiene», apuntó.

 

En cuanto al PAGCC, Arrascue precisó que «es una política pública que pretende guiar la incorporación del enfoque de género en todas las políticas climáticas sectoriales». Sobre la relación entre género y cambio climático, destacó algunos aspectos, como el hecho de que el cambio climático tienda a reforzar y perpetuar las desigualdades de género existentes, ya que los eventos climáticos afectan en mayor medida a las mujeres por los roles que tienen en la sociedad.

 

Arrascue también señaló que una tarea pendiente, y a la vez muy importante, es dejar de ver a las mujeres como víctimas, sino más bien como agentes activos con conocimientos y que tienen mucho que ofrecer. Teniendo claro que el cambio climático está afectando de manera diferenciada a hombres y mujeres, «al momento de diseñar políticas públicas y diversas estrategias desde el Estado, se tienen que tener en cuenta estas diferencias», dijo la especialista.

 

Enfoque de género en el Estado

 

Dentro del marco normativo nacional, tenemos la Ley de Igualdad de Oportunidades, el PLANIG, el Decreto Supremo 027-2007-PCM y el Acuerdo Nacional, en el cual se plantea la necesidad de la incorporación del enfoque de género. Así fue que se creó en el 2012 la Dirección de Transversalización del Enfoque de Género del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), cuyo trabajo es dar asistencia técnica a todo el Estado.

 

Nelly Palacios, socióloga y representante de la Dirección General de Transversalización del Enfoque de Género del MIMP, presentó los avances de la transversalización del enfoque de género en los sectores del Estado. Entre ellos, destaca a las entidades públicas que han creado instancias o mecanismos para la implementación de las políticas para la igualdad de género. «Eso institucionaliza el proceso», puntualizó Palacios. También están presentes las entidades que han elaborado lineamientos para la incorporación del enfoque de género en la política y en la gestión institucional.

 

Asimismo, Palacios saludó que ya haya 14 entidades que han aprobado normas para el uso del lenguaje inclusivo y resaltó la existencia de entidades que asignan presupuesto para la reducción de brechas de género. A nivel nacional, hay una; y a nivel de gobierno regional, seis. «Esta es la parte más difícil, porque finalmente todos podemos tener interés, pero ¿cómo se mide el interés en un país como el nuestro? Con cuánta plata le pongo. Ahí está el tema de fondo», señaló.

 

Experiencia de PARA-Agua

 

Nuestro país cuenta con la mayor disponibilidad per cápita de agua dulce renovable en América Latina, de acuerdo a Mariela Rodríguez, licenciada en Trabajo Social y especialista de género en el Proyecto de Adaptación y Resiliencia de PARA-Agua de USAID. «Saber eso es un alivio. Sin embargo, si bien tenemos agua, también tenemos una distribución de los recursos hídricos que es muy asimétrica en las tres vertientes hidrográficas», precisó.

 

Rodríguez se centró en una de las áreas prioritarias del PAGCC: los recursos hídricos. Y así, presentó una experiencia muy concreta, la del Proyecto PARA-Agua. Según la especialista, se han encontrado cuatro problemas principales: insuficiente disponibilidad, uso ineficiente, mala calidad y limitado acceso al servicio de agua potable. «Podemos ver cómo en cada uno de estos problemas está presente el tema de las diferencias entre los hombres y las mujeres», señaló.

 

Cuando hay insuficiente disponibilidad de agua, lo que primero se afecta es la agricultura más pequeña. De este modo, se afectan los ingresos de las mujeres, porque son ellas las que generalmente están en la agricultura de pequeña escala. Por otro lado, al hablar del uso ineficiente del agua, también tenemos que hablar de tecnología. «Los sistemas de riego en el país son pésimos. Y dentro del grupo rural, son las mujeres las que menos acceso a la tecnología tienen. El PSI – Programa Subsectorial de Irrigaciones solo llega al 20% de mujeres», precisó Rodríguez.

 

Finalmente, cuando hay un limitado acceso al servicio de agua potable, son las mujeres las que tienen que dedicar más horas a la provisión de agua. Y cuando no hay buena calidad del agua, hay un incremento en las tareas de cuidado en las mujeres dentro de la familia.