Entrevistas
26/01/2011

Desastres naturales: Cambio climático y negligencia humana

 

 

¿Cómo explicar las catástrofes ocurridas en Australia y Brasil?

Bueno, se sabe que hay un proceso de cambio climático que no solo es el calentamiento global, sino que significa también trastornos meteorológicos. Lo que ocurrió en estos países se relaciona con el fenómeno ENSO, que significa la oscilación térmica en el Pacífico Sur, expresado en el proceso del fenómeno del Niño (calentamiento) y el Anti-niño (enfriamiento).

 

Ocurre que algunos años los vientos alisios se debilitan y permiten que aguas calientes lleguen a las costas de Sudamérica. Esta vez no se han debilitado y siguen soplando y acumulan agua caliente en las costas occidentales del Pacífico provocando fuertes precipitaciones en Asia. Lo que ocurre con Brasil es que pareciera que el Anticiclón del Pacífico Sur se encuentra más al sur y no lleva aire frío y seco hacia este país permitiendo una fuerte evaporación y, por lo tanto, intensas precipitaciones.

 

Se dice que han sido las peores en la historia de cada país ¿Por qué han sido tan fuertes?

Estas precipitaciones en las zonas tropicales son normales. El problema son los impactos que producen en los ecosistemas y como estos muestran cada vez menos resistencia ante las lluvias. Probablemente no es la primera vez que en Brasil haya llovido así de fuerte, la cuestión es que todas las laderas están debilitadas por el avance de las viviendas. Llega un momento de saturación de la masa terrestre, todo se viene abajo y aumenta su fuerza destructiva porque arrastra más materiales que cuando es un deslizamiento natural.

 

Entonces no es la intensidad, sino la capacidad de responder al fenómeno

Claro. Y es tan perjudicial en términos de vidas como el caso de Brasil. Los urbanos creemos que podemos dominar la naturaleza o que la hemos dominado. Creemos que no nos va a pasar nada, por ejemplo, si invadimos lo canales naturales para la fuga del agua cuando vienen las lluvias.

 

¿Qué puntos se deben contemplar para una prevención eficaz?

La prevención va por partes: Lo primero es la información. La información es educación. Segundo, hacer un plan de ordenamiento territorial. Así encontramos todas las zonas que no son apropiadas para las construcciones o intervenciones humanas directas. Sin embargo, el asunto aquí es que las viviendas ya están en lugares de riesgo. Lo que se tiene que hacer es un programa de mudanzas y allí viene la limitación económica ¿Qué país puede darse el lujo de pasar urbanizaciones completas a otro lado? y ¿Quién paga los costos de las mudanzas? Entonces nos encontramos con una barrera infranqueable, porque políticamente pueden tomar todas las decisiones pero el costo es elevado y al final no se hace nada.

 

En cuanto a las lluvias en las zonas de Ayacucho, Cusco y otros departamentos ¿Se trata del mismo fenómeno que describió anteriormente?

Yo diría que eso está dentro de lo normal. Aquí, en los andes tropicales siempre llueve en verano. Toda la planificación agrícola está en relación con la aparición de las lluvias y eso permite cultivar los terrenos. Por el contrario el desastre ocurre cuando no llueve porque no hay agua y, por tanto, no hay comida. El agua es siempre una bendición.

 

¿La ciencia tiene herramientas para afrontar los cambios del clima?

Sí se puede hacer algunas cosas. Por ejemplo, para enfrentar las inundaciones se puede construir una serie de reservorios en las partes altas de los valles para guardar el agua excedente y poco a poco ir soltándola dependiendo de la capacidad del lecho.

 

Estas experiencias no son nuevas en el mundo. En valle del Tennessee, EEUU, hicieron una serie de reservorios en cadena que son usados para crear energía eléctrica y para el turismo. Nosotros podemos hacer eso también. El problema es el costo. Si hiciéramos reservorios en las zonas de riesgo, se podría controlar las inundaciones y sacar provecho de la energía guardada.

 

¿Qué zonas se verán más afectadas por el cambio climático en el futuro?

Por ahora el problema afecta zonas que están encima de los tres mil metros de altitud. Y principalmente perjudica la producción de agua, porque está guardada en reservorios naturales, los glaciares, que están desapareciendo. Además, si desaparecen, las precipitaciones serán muy fuertes y habrá inundaciones en las zonas bajas. La solución es guardar el agua en zonas altas, en reservorios, e ir soltando el agua de a pocos, pero en base a un plan de ordenamiento territorial detallado.