Entrevistas
21/07/2010

Construcción sustentable: Oportunidad de innovación y desarrollo

 

¿Qué oportunidades profesionales presenta la sustentabilidad en la construcción?

Pareciera que no tiene mucho que ver, pero es un área de oportunidad importante de innovación y de desarrollo de ideas creativas dentro de la práctica de la construcción. Además, el reto es que durante muchos años en América Latina pensamos que ya todo esta hecho y simplemente hay que ejecutar, pero no, aún hay mucho que hacer y la sustentabilidad es un área de oportunidad increíble y es una forma de aportar desde nuestra profesión a la conservación de la naturaleza.

 

A las personas, una construcción sostenible podría parecerle muy cara, pero a la larga, ¿cuáles son los beneficios que puede traer?

Nosotros hemos intervenido en proyectos de construcción de vivienda social, con los que se ha demostrado que se puede incorporar un paquete de estrategias sustentables sin incrementar el costo. Lograr esto en un proyecto donde los límites de recursos son finitos es un gran reto y se ha demostrado que se puede con estrategias básicas, pero que están dentro de la cultura de la sustentabilidad como, por ejemplo, el color, la textura, la  orientación de la vivienda, el acristalamiento y el adosamiento. Implementar esto no cuesta más y es una práctica que se ha dejado de lado en la arquitectura y la construcción.

 

También tienen en cuenta variables de ahorro de energía y agua

Sí, hay un modelo que desarrollamos justamente para evaluar eficiencia energética, donde demostramos que si no hay un estudio a fondo de la vivienda o del proyecto en particular, el incorporar materiales más costosos que en teoría son aislantes, va a ser contraproducente; es decir, que puede no se ahorre mucho si no hay un concepto de análisis de calor más preciso.

 

¿Cuáles son los otros principios de la sustentabilidad en la construcción?

En el conocimiento que hemos desarrollado, manejamos dos ideas básicas. Una es los criterios de sustentabilidad y los recursos disponibles para aplicar esos criterios. Entre ellos tenemos: el reuso, el reciclaje, la minimización de residuos, el diseño bioclimático, el ahorro de energía, el ahorro de consumo de agua, la planeación urbana, la proyección de la movilidad de la gente, etc. y hay saber cómo.

 

Por otro lado, manejamos escalas, que pueden ir desde los materiales y proceso de construcción, hasta el desarrollo urbano y de la ciudad en general. Sin embargo, el mayor efecto de la sustentabilidad es en las etapas tempranas del proyecto, como el diseño o la planeación, donde podemos preveer desde estrategias de diseño bioclimático, orientación y flujo de vientos, hasta colores, texturas, materiales con cierta resistencia térmica, y el uso y control de energías alternativas.

 

Como la sustentabilidad se asocia con la ecología, el usuario se puede imaginar que los materiales en este tipo de construcción son pobres y de estructuras débiles.

El concreto y el acero son materiales que todo mundo quiere tener, más que nada porque se les asocia con seguridad y estatus. Sin embargo, los materiales con que se diseña, cualesquiera que sean, tienen que cumplir con las características de diseño y resistencia existentes. Por ejemplo, yo sería más partidario de una con un piso de madera reciclada, primero por la cuestión ecológica y segundo porque el mantenimiento se hace  mucho más sencillo y barato. Pero creo que hay un trabajo importante que es educar al usuario que consume los productos de la construcción sobre las bondades de esto.

 

Y en las paredes, ¿qué materiales utilizarían?

En las paredes, yo creo que van de la mano 2 cosas. Una es la ubicación del proyecto, donde tienes que sacar provecho al máximo de asoleamiento en zonas frías, y los flujos de aire en las zonas calientes. Después de analizar bien el sitio y la ubicación del proyecto, habrá que evaluar la solución tecnológica, y en ésta, una de las premisas es usar materiales que agreguen valor y reduzcan peso

 

Es todo un mundo nuevo, ¿conviene especializarse?

Sí, de hecho, por ejemplo en el Tecnológico de Monterrey, tenemos un profesor especializado en materiales inteligentes y de altas prestaciones, y se dedica básicamente a agregarle propiedades a los materiales convencionales o a desarrollar materiales diferentes, entonces. Solamente en el campo de los materiales, hay un mundo porque los adelantos de la industria química y de nanomateriales, tiene expectativas enormes.

 

En cuanto al planeamiento urbano, ¿qué beneficios traería que las personas que están en el mundo de la construcción comiencen a pensar que de acá a 10 o 20 años habrá muchísimas más personas y partan de eso para hacer sus construcciones?

Y creo que eso es un aspecto que debimos haber pensado hace 100 años. En América Latina hemos copiado de manera muy burda el modelo norteamericano, lo que ha desembocado en que nuestras ciudades no tengan una trama ni una planeación definida, a lo que llamamos ‘ciudades tinta’.

 

Tenemos que planificar la ciudad y no para 3 o 4 años, que es lo que dura el periodo de un alcalde o un gobierno, sino tiene que ser un proyecto a 50 años, en el que prime un crecimiento ordenado y planificado, donde reduzcamos la movilidad de la gente y la dependencia del automóvil para trasladarse e implementemos el diseño de sistemas masivos de transporte y el crecimiento vertical.

 

Esto último tiene que ir acompañado de una serie de servicios y de necesidades para vivir ahí. Imagínese, si usted está acostumbrado a vivir en una casa en la que abre la puerta y sale a la calle, y de repente se tiene que ir a vivir a un décimo piso, el efecto psicológico y fisiológico en la gente es enorme, entonces tenemos que ofrecerles otro tipo de servicios como parques, áreas de esparcimiento y de socialización, y ahí hay mucho por hacer.

 

¿Y estas “ciudades tinta” tienen la oportunidad de convertirse en ciudades sustentables?

Definitivamente sí, aún cuando hay ciertas prácticas de insostenibilidad en algunas ciudades, tenemos la oportunidad de ir revirtiendo esa situación. Obviamente eso exige estrategias generales que tienen que ver con la edificación, el transporte, la infraestructura, los servicios urbanos, la energía eléctrica, el drenaje, agua potable, etc., que de hecho es un proceso de conversión que incluso puede ser muy benéfico para las ciudades. Si alargamos más la mancha urbana, las redes de suministro se alargan, y se encarecen. En cambio si la ciudad tiende a mantener su dimensión, la infraestructura se convertirá, pero no se extenderá, entonces el costo se proratea entre menos longitudes, menos volúmenes y más usuarios.