
Por Jimena Oré y Dafne Raymundo, voluntarias de Clima de Cambios
En las grandes ciudades del mundo, el crecimiento urbano desordenado, la reducción de áreas verdes y el uso intensivo de materiales que retienen el calor han dado lugar a un fenómeno cada vez más frecuente y preocupante: las islas de calor urbanas (ICU). Lima no es la excepción. La capital peruana, con su diversidad geográfica y climática, enfrenta este problema de forma desigual en sus diferentes distritos.
¿Cómo se evidencian las islas de calor en Lima?
La isla de calor urbana (ICU) es un fenómeno que se caracteriza por la diferencia de temperatura del aire entre un entorno urbano y sus áreas circundantes, las cuales suelen ser zonas menos urbanizadas o rurales. Para una mejor comprensión del tema, se realizó una entrevista a la Dra. Ana Sabogal, investigadora del INTE PUCP y docente de la Especialidad de Geografía y Medio Ambiente, con amplia experiencia en ciudades sostenibles.
La Dra. Sabogal considera que una ICU se manifiesta mediante áreas, dentro de la ciudad, donde hay una mayor concentración de calor. Así, las islas de calor urbanas surgen como consecuencia de las actividades humanas, entre ellas, una mayor emisión de gases de efecto invernadero producida por el parque automotor.
En Lima, las temperaturas más altas suelen encontrarse en el centro de la ciudad debido a la gran densidad poblacional derivada de una mayor actividad humana y urbanización, donde la cantidad de habitantes por m2 y la altura de los edificios tienen un rol determinante. En concreto, la Dra. Sabogal explica que mientras mayor sea la densidad urbana y más personas se encuentren hacinadas en un espacio, entonces mayor será la isla de calor. No obstante, las ICU también se ven condicionadas por la superficie de los elementos urbanos, trátese del material, rugosidad y posición de los techos, carreteras, veredas, paredes y demás objetos presentes en la ciudad, los cuales pueden aumentar la temperatura dependiendo de su capacidad de absorción y reflexión de la luz solar, así como de la sombra que proyectan.
El proceso es más complejo de lo que parece, pues cuando los rayos del sol ingresan a la atmósfera, lo hacen con una alta velocidad y energía. No obstante, al rebotar contra los objetos que encuentran en la ciudad pierden su velocidad y energía inicial. En consecuencia, se genera mayor calor y los rayos solares no logran salir de la atmósfera debido a la presencia de nubes, material contaminante y los mencionados elementos urbanos.
Relación con el cambio climático
Las islas de calor urbanas son un factor importante en el incremento de los efectos del cambio climático. Según Ana Sabogal, son las megaciudades en Latinoamérica, como Ciudad de México, Santiago de Chile o Lima, los espacios donde se concentran las actividades humanas con mayor intensidad. La presencia de gases de efecto invernadero “provocan un cambio de temperatura dentro de la ciudad que, a su vez, tiene efectos a nivel más global”.
En ello influyen factores geográficos, como la cercanía al mar o la presencia de cerros. La ventilación proveniente del mar produce un flujo de aire que permite liberar las ráfagas de calor provenientes de la ciudad. La segunda permite la inversión térmica; es decir, cuando no se cumple la tendencia de la temperatura a disminuir al subir en altitud. A partir de la presencia de cerros, el aire frío, debido a que tiene un mayor peso que el aire caliente, desciende.De esta manera, la temperatura aumenta conforme la altitud. Para la especialista, estos fenómenos, acompañados de las características geográficas de Lima, hacen que los efectos de las ICU sean diferentes para cada distrito. “La posición geográfica permite, en mayor o menor grado, que las islas de calor se den más en las zonas más cercanas a los cerros, donde la circulación de aire es menor, y donde se atrapa el smog y no logra circular”, afirma.
Mitigación de los efectos de la isla de calor urbana
Según la especialista, el incremento de temperaturas en la urbe produce un aumento en la demanda de la electricidad / energía empleada para el enfriamiento en distintos tipos de industrias y uso común. El uso de aire acondicionado implica un incremento en el uso de combustibles fósiles y, por ende, de emisiones de gases de efecto invernadero. La liberación de estos gases también produce deterioro de la calidad del aire y perjudica la salud de los ciudadanos al aumentar el riesgo de sufrir enfermedades respiratorias (Menacho & Teruya 2019). Ante lo desarrollado, la Dra. Sabogal enfatiza lo perjudicial de una ausencia en la regulación del uso adecuado de aire acondicionado, lo necesario de un control del parque automotor y la implementación de mayor cantidad de áreas verdes. En ese marco, las áreas verdes cumplen un rol fundamental para la regulación de la temperatura del ambiente mediante la absorción de CO2 en la fotosíntesis, lo que contrarresta las emisiones producidas por el ser humano, pero también la evapotranspiración de las plantas que induce la emisión de humedad a través de sus poros y genera confort térmico. Entre otros servicios ecosistémicos de las áreas verdes está la regulación del clima, conservación de biodiversidad y la provisión de espacios para la recreación.

Imagen: Serpar
La Dra. Sabogal explica que los municipios ejercen un rol importante porque tienen la posibilidad de implementar soluciones basadas en la naturaleza (SBN) en diferentes puntos de la ciudad. Son agentes de diálogo entre lo que se desea implementar y los intereses de la población. Es decir, las soluciones deben ser apropiadas y aceptadas por la población, de tal manera que todos los miembros de un distrito puedan disfrutar del impacto de las soluciones. Las SBN más viables se relacionan con el aumento de la cantidad de plantas urbanas, mediante techos y paredes verdes, así como la siembra de árboles, con un impacto masivo en la regulación de la temperatura.
Hacia una Lima más habitable
Es importante tomar en cuenta que la Dra. Ana Sabogal postula que el fenómeno de la ICU también es una problemática de justicia ambiental; esto es, el derecho a un ambiente sano. Según ella: “Esta justicia ambiental no es uniforme en toda la ciudad, depende de cada uno de los distritos y de la distribución de soluciones basadas en la naturaleza en una ciudad”. Si bien existen factores demográficos y geográficos que condicionan la posibilidad de experimentar este fenómeno, las diferencias económicas y de gestión de los municipios también cumplen roles importantes que condicionan. Definitivamente hay una relación directa entre justicia ambiental, gestión, planificación y soluciones basadas en la naturaleza, que tiene que ver con lo político, con lo económico y con lo social.
Finalmente, la especialista señala que la implementación de las estrategias de mitigación de las islas de calor en la ciudad de Lima enfrenta diversos desafíos. En concreto, dichos desafíos derivan de la ausencia de control del parque automotor, y de la carencia de ciclovías y corredores ecológicos que permitan el libre acceso de peatones a diversos espacios. Los retos entonces deben ser abordados desde la movilidad, planificación urbana y características político-geográficas con un triple enfoque de sostenibilidad a fin de lograr un impacto positivo a nivel ambiental, económico y social.
Sin embargo, hay retos que se manifiestan a nivel de toda la ciudad, y es que es una tarea complicada el poder aumentar la cantidad de ciclovías y espacios verdes, así como crear bosques urbanos donde la población pueda relajarse. Por ejemplo, uno de los grandes retos actualmente es lograr que las personas puedan desplazarse menos en movilidad particular y estar más cerca a sus centros de trabajo o estudio, lo que disminuiría significativamente las emisiones de efecto invernadero. Asimismo, la creación de varios trenes eléctricos para nuestra ciudad permitiría disminuir enormemente las emisiones de gases. Es importante mencionar que los retos también pueden ser diferentes para cada distrito y es necesario trabajar de la mano con las municipalidades.
Bibliografía
Menacho, E. & Teruya, S.
2019 Análisis de la relación de la isla de calor urbano con factores demográficos, espaciales y ambientales de Lima metropolitana usando sensores remotos.