En nuestro país contamos con 13 humedales reconocidos internacionalmente y cada 2 de febrero celebramos en todo el mundo su día, pero muy pocos saben realmente qué son y cuál es su importancia. Para ello, conversamos con José Álvarez, Director de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente, quien además nos contó que sin bien este ecosistema tiene un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático, no está recibiendo el cuidado que requiere.
¿Por qué son tan importantes los humedales en el Perú?
Los humedales inicialmente se consideraron muy importantes para las aves migratorias, que usan estos hábitats para descanso. Pero después se ha conocido que tienen un valor importantísimo para la diversidad biológica y, en las últimas décadas, para el cambio climático y regulación hídrica. Entonces son reservorios de biodiversidad, de agua y de carbono. Eso es importantísimo en un país muy vulnerable al cambio climático, como Perú.
Nosotros tenemos un problema de provisión de agua para la costa desértica y nuestro reservorio para el verano, cuando no llueve, son los glaciares, pero ahora se calcula que en treinta años más van a desaparecer. Y cuando desaparezcan, ¿qué nos va a quedar? ¡Los humedales! Si no los cuidamos, la costa del Perú se va a quedar sin agua durante varios meses del año.
¿Cuáles son los principales factores que amenazan a este ecosistema?
Dependiendo de las zonas. Por ejemplo, en la costa el principal problema es la expansión urbana y agrícola. Así se han destruido muchos humedales. Fíjate lo que quedó de Pantanos de Villa. Si no lo declaraban área natural protegida, ahora ya estuviera urbanizado. Otro problema es la contaminación: muchos humedales se convirtieron en basurales o vertederos. Y es sumamente difícil recuperar un humedal cuando su fondo está contaminado.
Así como son muy vulnerables a la contaminación, también a la explotación de ciertos recursos, como la totora, o al sobrepastoreo. Eso es lo que ocurre mayormente en los humedales andinos, porque a veces los campesinos quieren aumentar sus animales y los bofedales no lo soportan. Y lo otro es la contaminación por relaves mineros.
En la Amazonía, el problema es más generalizado pues están los humedales más grandes, más de diez millones de hectáreas, entre aguajales, cochas y pantanos de diverso tipo. Hay una sobreexplotación de recursos, desde pesca extensiva hasta extracción de madera, y problemas de contaminación en zonas de actividad minera o petrolera, o por afluentes de ciudades grandes, como Iquitos.
¿Hay casos específicos de humedales que estén en peligro?
Sí, claro. Por ejemplo, la parte cercana a Puno del Lago Titicaca tiene problemas de contaminación, por los relaves y afluentes de la ciudad de Puno. Ahora felizmente se está haciendo un proyecto para recuperar esa zona. También fue muy conocido el caso de la Laguna El Cascajo, aquí en el norte chico, donde el científico Marino Morikawa diseñó una tecnología con nanopartículas para recuperar el agua. Hasta el mismo Pantanos de Villa tiene un problema con metales pesados. El pescado que hay ahí es realmente tóxico, tiene alto contenido de mercurio.
En el 96 se publicó la Estrategia Nacional de Humedales, que fue actualizada el año pasado. En estos últimos veinte años, ¿cómo ha venido trabajando el Ministerio del Ambiente?
Nosotros decimos que la estrategia no es de conservación sino de gestión. Nuestra tarea es más como reguladora/orientadora. Nosotros damos los lineamientos para mejorar la gestión y garantizar la sostenibilidad, pero no tenemos la competencia de otros sectores. Por ejemplo, el sector Produce gestiona los recursos hidrobiológicos; el Serfor, del Minagri, gestiona los recursos que son fauna silvestre; la municipalidad de la zona gestiona el espacio.
En el Perú hay 13 humedales declarados sitios Ramsar, que son de importancia internacional. Diez de ellos son áreas protegidas y están bajo el mandato del Sernanp, que es parte del Ministerio del Ambiente. Los otros tres humedales que no son área protegida, son Lucre-Huacarpay en Cusco, los manglares San Pedro de Vice en Tumbes y el Abanico de Pastaza en Loreto.
Y finalmente, ¿qué recomendaría a los ciudadanos, que viven cerca o lejos de este ecosistema, para su conservación?
A la gente que vive cerca a los humedales, le recomendaría que no se acerque demasiado para vivir, pero que sí los visite y los use sostenidamente. Una forma de uso sostenible es paseando y disfrutando turísticamente. Además, es una buena forma de promover su conservación, porque mejora los ingresos para el área. La gente que vive lejos también puede aprovechar los humedales de manera sostenible de esta forma, visitándolos.
Otra recomendación es no comprar productos que se sabe que provienen de forma ilegal, del uso no sostenible. Hay una forma de explotación de la turba de los humedales altoandinos, que se usa y se vende en Lima como tierra vegetal o hummus para jardinería. La gente tiene verificar que no sea turba porque viene de humedales que están siendo destruidos.
Finalmente, no se debe botar basura. El problema de los humedales con la basura es gravísimo porque se queda ahí para siempre. Si botas una botella de plástico, ¿quién lo va a ir a sacar? Eso se asienta, se queda ahí contaminando por cientos de miles de años, descomponiéndose lentísimamente, emitiendo hidrocarburos entre la vegetación.