“Todo comenzó con la crisis de la tortilla en México”, nos cuenta Agnes Merat. Fue allí cuando junto con Miguel Gutiérrez se preguntaron por qué el maíz había subido su precio. La razón era que gran parte de este cultivo ya no estaba destinado a la alimentación, sino a los biocombustibles. “Encontramos que hay biocombustibles que no afectan la normal producción de alimentos”, comenta Miguel.
Entonces, decidieron tomarse un año de sus vidas a viajar desde México hasta La Patagonia en un vehículo que funciona a partir de aceite de cocina usado que obtienen en los restaurantes por los que pasan. Este es sometido a un proceso, mediante el cual se separa una parte para obtener el combustible y el resto puede ser usado para la elaboración de jabón.
Foto: Flickr de Laboratorio en Movimiento
