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21/06/2018

“Los plásticos de un solo uso tienen una vida útil muy corta”

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¿A qué denominamos plásticos de un solo uso?

Los plásticos de un solo uso son aquellos que son utilizados una sola vez y luego son desechados. Estos pueden ser las cañitas, los envases de poliestireno (tecnopor) y las bolsas comerciales de bodegas, mercados y supermercados.  Su utilización se limita al transporte de un producto o alimento, o son usados para consumir una bebida o comida una sola vez porque luego son eliminados como basura.

¿Por qué es recomendable dejar de utilizarlos?

Es recomendable evitarlos por sus consecuencias en el ambiente y la salud. Desde el ámbito ambiental, sabemos que los plásticos de un solo uso tienen una vida útil muy corta. De esa manera, luego de ser desechados, terminan en el mar o en ríos perjudicando a muchas especies de esos ecosistemas. Un ejemplo de ello, es la forma en que la fauna y flora marina se ve afectada por la ingesta de estos plásticos.  Muchos animales marinos se llenan de plástico el estómago lo que imposibilita su alimentación y mueren de inanición. También las algas y corales se ven afectados por esta contaminación y reduce, a su vez, su capacidad de generar oxígeno para el mundo.

Por el lado social, que vienen a ser los impactos que generan estos plásticos en las personas, no hay estudios muy profundos sobre el tema, pero sí sabemos que hay químicos que se encuentran dentro de ellos que afectan nuestra salud. Un ejemplo de ello es el químico estireno presente en el plástico poliestireno el cual está probado, en varios estudios, que son cancerígenos. De esa manera, al colocar nuestros alimentos o bebidas en estos envases, lo químicos se impregnan en ellos y llegan a nuestro organismo. Aquello se agrava si es que la bebida o alimento se encuentra caliente.

¿Los microplásticos están relacionados a estos plásticos de un solo uso?

No necesariamente. Los microplásticos son aquellos plásticos cuya medida es igual o menor a 5 milímetros, entonces su procedencia es diversa. Pueden resultar de lavar cierto tipo de ropa como la elaborada con poliéster, de la cual se desprenden partículas de plástico en el agua que va al drenaje. También en productos de higiene como las pastas de dientes o los exfoliantes. Pero además, los microplásticos también provienen de la ruptura de plásticos más grandes como los de un solo uso que se van degradando en el medio ambiente ya sea de manera física o química con el sol, el viento o el agua. Un ejemplo de ello son las bolsas oxobiodegradables que se degradan en miles de partículas de plástico y terminan contaminando ampliamente las áreas de un ecosistema. De esa manera, terminan siendo más peligrosas al ser más difíciles de controlar cuando se degradan en microplásticos.

¿Crees que los peruanos estamos muy acostumbrados al uso de plásticos de un solo uso?

Creo que no solo los peruanos. Desde la época de los 50’s y tras la Revolución Industrial y la Revolución del Plástico, comenzaron a cambiar los patrones de consumo, especialmente en Estados Unidos y Europa, de manera que se empezaron a generar más productos que tenían más plástico que vidrio o acero inoxidable. Comenzamos a ver el plástico como algo maravilloso, porque no pesa mucho, es fácil de transportar, mantiene los alimentos y la vida útil de otros productos, etc. Podemos ver que tienen muchos usos y no todos necesariamente perjudiciales; sin embargo, en el caso de los plásticos de un solo uso, ahora sabemos que hemos generado un consumo desmedido en el que todo el mundo está involucrado. Nos hemos dejado llevar por el desconocimiento del impacto que tienen estos plásticos en el medio ambiente y en la salud. Ya estamos pagando las consecuencias de su uso desmedido, pero aún estamos a tiempo de revertir esta situación.

¿Es posible mantener un estilo de vida sin utilizarlos?

Definitivamente podemos mantener un estilo de vida sin los plásticos de un solo uso. En años anteriores, por ejemplo, nuestras abuelitas no usaban cañitas para tomar un jugo o gaseosa y llevaban sus bolsas de tela o canastas al mercado. Hoy en día por un tema de conveniencia y “practicidad” estamos acostumbrados a que nos brinden plásticos de un solo uso por todas partes. Yo creo que es bastante sencillo cambiar esos hábitos de a pocos. Por ejemplo, este mes nos comprometemos a dejar las cañitas, el siguiente a utilizar bolsas de tela. Así como cualquier cambio de hábito, es necesario un compromiso y la puesta en práctica. Aquello puede ser aún más sencillo si nos brindan ciertas facilidades las empresas, organizaciones o el Estado. Si nos reducen las barreras y nos dan incentivos por utilizar alternativas al plástico, podemos lograr ese cambio de comportamiento que tanto esperamos.