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14/05/2020

¿Podemos producir nuestros propios alimentos?

¿Podemos producir nuestros propios alimentos?

¿Cómo podemos iniciar a producir nuestros propios alimentos? ¿Cómo podemos utilizar los residuos de nuestra comida para los bio-huertos?
Todos podemos producir alimentos. Tiene que ver con el hecho de mandarse, tener voluntad de hacerlo y no especular tanto. Uno puede hacerlo sencillamente teniendo un contenedor o una maceta donde puedas poner plantas. Luego, tienes que conseguir tierra y poner la maceta en un lugar que le pueda dar el sol. Hay todo tipo de plantas, hay algunas para pleno sol, otras de sol y sombra, otras de interiores. Hay de todo. También es importante investigar un poquito. Ahora que estamos en una era en la que si uno tiene una duda puede entrar a internet y buscar la respuesta, es mucho más factible poder cultivar. Cada planta tiene sus requerimientos, lo principal es ver cuánto sol necesita la planta, qué tipo de suelo, tierra, sustrato y agua necesita.
Antes sí era más complicado, si uno no era ingeniero agrónomo o si uno no tenía una preparación previa, era difícil conseguir la información, pero ahora es muy fácil.

¿Cuáles son las motivaciones detrás de producir nuestros propios alimentos? ¿Tiene beneficios a nivel familiar y comunitario?
Algo muy interesante es reflexionar sobre la vida que tenemos. Las ciudades, donde muchos vivimos, nos han desconectado de la naturaleza. La principal motivación es intentar reconectarnos con el lugar en el que vivimos. Entrar en esta dinámica de hacer un huerto, sembrar y entender cómo funciona, nos da la satisfacción de entender un poco más la naturaleza, eso creo que es lo principal.
Lo siguiente es que las ciudades como funcionan actualmente, no son nada sostenibles. Entonces lo ideal es transitar hacia ciudades más sostenibles, más resilientes y en las que uno pueda encontrar comida. Hoy en día, para que los alimentos puedan llegar a las ciudades, recorren cientos de kilómetros.
Por último, otra motivación es que debemos entender que la vida de los seres humanos es como la vida de cualquier otra especie y deberíamos poder entrar en un ciclo natural, en donde uno puede sembrar, cosechar, utilizar esa planta que cosechaste y todos los residuos los puedes compostar. Compostar es sumamente sencillo. Basta con los residuos orgánicos que tenemos en casa, que contienen bastante nitrógeno, lo picas todo, lo mezclas con algún material orgánico seco como puede ser cartón, las hojas, aserrín. Entre ambos se empiezan a equilibrar y al cabo de un tiempo obtenemos compost. Y eso lo vuelves a incorporar en tu huerto, y cierras un ciclo. Creo que lo más chévere de todo es que te permite entender la naturaleza, aún estando en la ciudad.

¿Cómo empezar a promover una comunidad más solidaria y responsable con el entorno?
Nosotros apuntamos a eso, a replantear el sentido de comunidad. Lo común en las ciudades es el sentido de individualidad, especialmente en las últimas décadas y no tiene demasiado sustento en lo natural. En las comunidades o forma de vida fuera de las ciudades, lo comunitario es más notorio.
Es importante reflexionar hacia dónde vamos. El tema del huerto, por ejemplo, promueve un sentido de comunidad bastante interesante. En una casa, todos generan residuos, no se trata que uno solo se encargue de compostar estos residuos, tampoco que uno solo se encargue del huerto, sino de que el trabajo comunitario hace las cosas más fáciles, un poco mejores. Genera sentido de vida comunitaria y satisfacción.

En el Perú, gran parte de la población vive del cultivo de alimentos, tanto para el autoconsumo como para la venta, ¿qué podemos aprender de ellos? ¿cómo aplicar sus prácticas en ciudades como Lima?
En el mundo, la población urbana ha superado a la población rural. En el Perú esa cifra es aún mayor. Sin embargo, lo que sí es super valioso en el Perú son las tradiciones culturales etnobotánicas, referido al cultivo de plantas alimenticias. Aquí, se domesticó a la mayor cantidad de especies como en ningún otro lugar del mundo y esos conocimientos todavía existen en el campo. Pero corren el peligro que se pierdan y aún tenemos mucho que aprender de esas tradiciones. Sobretodo, nos damos cuenta de lo valioso que esto es en momentos como este. Es cosa de que nos demos el tiempo de leer y recopilar la información. Pero más que solo leerla, es importante aplicarla. ¿Cómo llevar a cabo todo eso en tu propia casa? Eso es lo más valioso.