¿Cuáles serán los lineamientos que tome su despacho durante los primeros meses del Gabinete?
Este es un ministerio joven, sus actividades todavía no son algo que forme parte de nuestra conciencia o nuestra realidad, todavía no somos quienes emiten normas o controlen y exijan el cumplimiento de estas normas. Por ello considero que debería existir una sola autoridad ambiental en vez de las cientos de autoridades que sobre temas específicos existen.
¿Cómo ayudaría este cambio?
Por ejemplo, existe la Dirección General de Asuntos Ambientales Energéticos, la Dirección General de Asuntos Ambientales Agrícolas, en el Minsa hay una dirección en ese sentido; es decir, prácticamente todos los sectores tienen sus oficinas de asuntos ambientales y de este modo se dan los casos en el que el mismo ministro que tiene a su cargo la promoción de la industria energética, minera o agrícola también es la autoridad ambiental del mismo.
Es incoherente…
Y esto genera el sentimiento, ya generalizado, de que los ministerios son juez y parte. Entonces, si hay algún problema con el tema ambiental, ¿a quién le reclamamos? El Ministerio del Ambiente tiene que ser el ente rector en temas ambientales. Debemos velar por el buen manejo del medio ambiente para protegernos del impacto y, además, velar por el capital natural del país: el agua, los bosques.
¿Qué sucederá con la Autoridad Nacional del Agua?
El ANA es el organismo regulador del agua y se encarga de ser el ente de darle el uso sostenible a este elemento. Cuando se creó el ANA, el Minam recién se estaba terminando de crear por lo que se fue a parar al Ministerio de Agricultura; sin embargo, se dijo que apenas esté listo se podía adscribir al Ministerio del Ambiente. Ahora toca poner todo en su sitio.
Muchos de los conflictos que actualmente se encuentran activos son socioambientales, ¿qué hará su despacho al respecto?
Hay algunos conflictos que son prevenibles. La Ley de Consulta Previa es parte de lo que concibió desde hace mucho y nos parece que es una ley que ya tenía que ser aplicada. Ya se había aprobado en el Congreso y el Ejecutivo la observó toda y la devolvió observada. Quedan dos opciones: o el Congreso aprueba o el Ejecutivo “desobserva” (Al cierre de esta edición el Congreso había aprobado por unanimidad esta ley). El solo hecho de consultar ahorraría muchísimos problemas.
¿Por qué es tan importante la consulta?
Muchas de las concesiones se entregan sin que los pobladores participen. Un día llega un concesionario y te dice “están en mi concesión, este es mi territorio” y tranquilamente te pueden echar de tu casa. Seguramente en Lima no queda muy claro pero podría poner un ejemplo. Imagínate que encuentren petróleo, gas u oro debajo de la Catedral de Lima. ¿Tú crees que la gente va a dejar tranquilamente que se haga la explotación sin consultarles a los posibles afectados? La idea es conversar. En lugar de la consulta, lo que el gobierno de García auspició fue la política de “el perro del hortelano” o la idea de que existían ciudadanos de segunda categoría. La falta de consulta previa ya no debería ser una fuente de conflictos.
La tala ilegal es, desde hace muchos años, un peligro para la Amazonía. ¿Se tomarán medidas más drásticas sobre este tema?
Lo que podemos hacer es que la selva no siga siendo degradada por el proceso de tala ilegal. Este es un negocio ilícito que debe tener un tamaño similar al del narcotráfico, pero como no tiene el aura maligna que tienen los narcos, no nos damos cuenta del peligro que trae consigo. Se están deforestando casi 300 mil hectáreas por año. Al tener áreas naturales protegidas se evita que estos territorios no sean de nadie y se podría dar más control ante la tala. Ya es tiempo de que pensemos estrategias holísticas que involucran a los gobiernos regionales. Vamos a trabajar directamente con ellos bajo la idea de que el bosque no existe en Lima, vamos a ser un ministerio viajero, vamos a trabajar para que al Estado no le dé soroche.
Entrevista publicada en Puntoedu.
