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25/07/2011

De la selva su desarrollo

 

 

Viajamos a Iquitos 11 estudiantes y 2 profesores de la maestría en Desarrollo Ambiental. Una vez que llegamos a la ciudad, nos dirigimos al puerto de Nauta, donde fuimos recibidos por el Sacerdote más feliz que haya visto en mi corta pero agitada vida, desde ahí nos embarcamos, previo alquiler de un deslizador, a la Comunidad Grau, en donde por un módico precio se puede ingresar a un mirador de diez pisos, desde el cual puede observarse la confluencia entre el río Marañón y el Ucayali, donde nace el majestuoso Amazonas, uno de los ríos más caudalosos del planeta, por desgracia este mirador se encuentra en deplorables condiciones, por lo que sería interesante desarrollar un plan para su recuperación y manejo, poniendo en valor la belleza paisajística de la zona, posicionándolo así como ruta escénica. El fortalecimiento de su administración, así como un adecuado mantenimiento, podría lograr mayores ingresos económicos para la comunidad Grau, mención aparte merece la imperiosa necesidad de dotarlo de un elevador, de tal modo pueda ser utilizado por aquellos que no puedan subir tantos pisos por mérito propio (niños, ancianos, etc).

 

De regreso a Iquitos visitamos el Instituto de Investigaciones de la Amazonía peruana – IIAP, donde pudimos conocer algunos de sus proyectos, entre ellos sus modelos de acuicultura los cuales vienen siendo implementados en muchas comunidades, con la finalidad de mejorar su economía y por ende sus condiciones de vida; un reconocimiento especial merece el proyecto de rescate y recuperación del manatí amazónico, en donde conocimos a unos nobles , rechonchos y hambrientos amigos que sin duda nos robaron más de una sonrisa, es preciso mencionar que el manatí cumple una función vital en los ríos y cochas de nuestra Amazonía, ya que al alimentarse de las plantas que crecen sobre la superficie, ceden el paso a la luz solar, evitando un proceso de eutrofización que aniquilaría ese delicado ecosistema, lo que tendría repercusiones en la vida de los pobladores de la zona, sin embargo actualmente se encuentra en peligro de extinción debido a su caza indiscriminada.

 

Los días siguientes fueron igual de emocionantes, recorriendo el centro Arapaima Gigas, criadero de paiches, tortugas, ronsocos y otras especies que son exportadas, en su mayoría, al mercado asiático, ya sea como mascotas o alimento, esto demuestra que el manejo de especies bien llevado puede permitir aprovechar la diversidad biológica que la naturaleza nos he regalado, sin necesidad de depredarla, a esto se le llama desarrollo sostenible.

 

La visita al mariposario Pilpintuhuasy, también fue entretenida, para ellos la crianza de mariposas para ser usadas en eventos como matrimonios, es cada vez más común y rentable. No puedo dejar de mencionar a la comunidad nativa de los Boras, quienes poniendo en valor su ancestral cultura realizan presentaciones a los visitantes, los cuales se convierten en partícipes de esta celebración, motivando con ese acercamiento la compra de sus artesanías; sin embargo es necesario mayor difusión y apoyo a esta y otras comunidades para permitirles potenciar sus presentaciones, las condiciones de infraestructura, higiene y acceso; así como el apego a su cultura, la cual como ya se ha mencionado, goza de valor y si se administra adecuadamente, potencia y maximiza el valor del triunvirato sociedad (y sus manifestaciones culturales), ambiente y economía.

 

 

 

Texto escrito por Eduardo Antonio Ureta Nuñez: Coordinador Legal en la OEFA. Asistente de Cátedra de la asignatura de Derecho Ambiental en la Maestría en Desarrollo Ambiental y en la Maestría de Biocomercio y Desarrollo Sostenible de la PUCP.

 

Fotografía de Walter Wust. Encuentra más en su página web: www.walterwust.com. Derechos: Wust Ediciones.