Eduardo Dargent: “Los intelectuales y la PUCP”

El comunicado firmado por más de 300 académicos internacionales respaldando a la PUCP en su conflicto judicial con el Arzobispo de Lima constituye un apoyo invalorable para quienes somos parte de dicha universidad. La firma de personalidades como Benedict Anderson, Martha Nussbaum, Guillermo O’Donnell, Rose Mary Thorp, Mario Vargas Llosa, entre otros, es un orgullo para quienes estamos comprometidos con la defensa de la autonomía universitaria.

El comunicado muestra que en el exterior la PUCP goza de prestigio por su tolerancia y pluralismo. Los firmantes entienden que estas cualidades estarían en peligro si lo solicitado por el Arzobispado judicialmente se llega a concretar. Ello significa, pues, que estas cualidades no concuerdan con las particulares concepciones del arzobispo sobre lo que debe (y especialmente lo que no debe) hacer una universidad católica. Lo que le esperaría a la PUCP se puede prever por la forma en que son gobernadas universidades administradas por personas cercanas al pensamiento del monseñor Cipriani. Resaltan entre los firmantes varios profesores de universidades católicas del mundo. Este respaldo plural no hace más que refrendar lo que varios señalamos desde hace tiempo: la diversidad es nuestra principal fortaleza.

Asimismo, la calidad de los firmantes y el peso académico de sus universidades muestran que la PUCP es parte de una enorme comunidad global de conocimiento. Los firmantes han entrado en contacto con nuestra universidad de diversas formas: algunos realizaron sus investigaciones como estudiantes de posgrado en el país, otros han supervisado a estudiantes doctorales provenientes de la PUCP, hay también profesores que colaboran con nuestros docentes. Esta internacionalización es una de nuestras más preciadas cualidades y parte fundamental de la formación de nuestros alumnos. Gratifica saber que los firmantes nos consideran socios en la aventura conjunta de la creatividad académica.  Todo ello logrado, además, con un presupuesto bastante menor al de otras universidades del primer (e incluso del tercer) mundo.

Más allá de las habituales críticas de algunos para los que el calificativo “caviar” vale para todo aquel a la izquierda de Genghis Khan, hay una crítica al comunicado que merece ser respondida pues no me queda la menor duda de la buena fe de quien la realiza. Mi amigo Fernando Berckemeyer, tras reconocer el pluralismo de la universidad, indica que quienes firman el comunicado, y los profesores que lo agradecemos, damos un pésimo ejemplo al no indicar que la pretensión del Arzobispado puede ser justa al ser conforme a los testamentos de Riva Agüero. Según él estaríamos demandando respeto al pluralismo y a la libertad, sin reconocer que lo justo podría ser contrario a nuestros gustos.

Discrepo. El comunicado parte de reconocer que existe un conflicto judicial en marcha. Pero incluso en el supuesto que los testamentos fueran meridianamente claros en favor del arzobispo, lo cual considero lejano a la verdad, se justificaría un comunicado en defensa de estos valores. Es más, se justificaría también ante una sentencia definitiva contraria a la universidad. No se llama al desacato sino a preocuparse por lo que podría hacer el arzobispo en el gobierno de la universidad. Esa preocupación, que creo debería ser compartida por todo liberal, busca alertar sobre el costo académico y político para el país de quedarse sin una universidad como la PUCP.

Eduardo Dargent

Coordinador de la especialidad de Ciencia Política PUCP

Fuente:
La República (27/06/10)

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