Carmen Heck Franco, Directora de Políticas de Oceana en Perú, brindó una entrevista a Clima de Cambios, y habló sobre los daños que causa el uso de cañitas y por qué es necesario evitar su uso.
¿Cuáles son los principales impactos que genera el uso de cañitas?
Lo más preocupante es que pueden tardar hasta 200 años en degradarse. De acuerdo a las cifras de Ocean Conservancy, hasta el 4% de la basura marina plástica encontrada, son cañitas; y en las limpiezas de playa que se organizan a nivel internacional – incluido el Perú – las cañitas se ubican en el cuarto lugar de los objetos más comunes encontrados.
En el 90% de aves y tortugas marinas muertas, se encontraron cañitas en su aparato digestivo, y además la ingesta de estos objetos plásticos, genera muertes por obstrucción de vías respiratorias y de vías del sistema digestivo.
¿Existen leyes a nivel de país que prohíban su uso?
A nivel de país no existe una ley sobre el uso de cañitas, pero sí hay leyes que regulen el uso de plásticos, sobre todo en Canadá, ciudades de Estados Unidos y países de la Unión Europea, donde van a sacar una ley que prohíba entre otros productos desechables, la producción de cañitas. En Perú, tenemos como ejemplo el distrito de Magdalena que ha prohibido la entrega de cañitas en los establecimientos de comida.
¿Cómo reducir su uso?
No pasa solo por un tema de regulación, lo cual sería bueno porque aceleraría el cambio, pero, no es necesario esperar una ley porque desde ya podemos generar cambios desde el lado de empresas y también como consumidores.
Lo que debemos entender es que las cañitas no son un producto indispensable, por el contrario, dejar de usarlo es simple y podemos hacerlo desde ya; salvo casos excepcionales como niños pequeños o personas que lo necesitan; pero en nuestro día a día podemos prescindir de las cañitas: no pedirla o hacer énfasis al momento de entrar a un restaurante, decimos que no queremos que nos sirvan bebidas con cañitas.
Si alguien sí gusta de tomar bebidas con cañitas, hay opciones como las reutilizables de acero, o las de bambú que se pueden usar hasta 200 veces, y las de plástico no desechable que se pueden usar varias veces. Si nos preocupa la higiene, hay cañitas que se venden con cepillo. Existen también las descartables, hechas de materiales compostables o biodegradables, como las de papel o semilla de palta.
¿Las de papel son una buena opción?
Cualquier producto que se genere consume recursos naturales y para producir papel se necesita madera y por lo tanto talar árboles, eso no quiere decir que la producción de ese papel sea insostenible; existen certificaciones de producción de papel y por lo tanto se debe evaluar el ciclo de vida para conocer los impactos que genera su producción; saber cuánta agua, energía y residuos o contaminantes se utiliza. Los impactos varían y siempre van a existir. Al final, si vamos a usar cañitas por algún motivo, lo recomendable es preferir las reutilizables, y lo mejor siempre será dejar de usarlas.
