Entrevistas, Noticias
05/03/2018

¿Lima podría quedarse sin agua como Ciudad del Cabo?

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El 21 de abril próximo será el día en que el agua solo estará disponible en hospitales y otros edificios fundamentales y los 4 millones de habitantes de la urbe estarán obligados a ir a centros de abastecimiento a recoger hasta 25 litros por persona.

¿Cuál es la diferencia entre escasez física y escasez económica?

La escasez física se refiere a un problema de disponibilidad, cuando el agua falta y es una carencia física, real y comprobable del recurso; en cambio, escasez económica, se refiere a la crisis de gestión en la que estamos inmersos, pues no somos capaces de manejar adecuadamente los recursos que tenemos en términos de disponibilidad de tratamientos de aguas hervidas, prevención de la contaminación.

¿Los problemas de gestión nos van a llevar al estrés hídrico?

Sí, tenemos problemas de falta de dotación adecuada del recurso, la falta de acceso para los seres humanos y condiciones inadecuadas de salubridad; estos problemas nos llevan a pensar que debemos repotenciar al Estado, a la ANA; es importante también educar a las personas, que sepan que deben cuidar y valorar el recurso, no hay conciencia ni cultura del agua.

¿Una solución sería que paguemos más por el agua que consumimos en nuestros hogares?

Es una lástima que los peruanos gastemos más en pagar un teléfono que en pagar nuestro recibo de agua, los estudios lo demuestran. Lo que se debe hacer es subir los precios, sin embargo, eso es políticamente y sistemáticamente rechazado. Si una autoridad lo propone sería renunciada y ello lo hemos visto; sin embargo, esto debería ir de la mano con una educación masiva. La realidad es que el agua es escaza, que cuesta procesarla y por ello debería tener un precio mayor.

Por un lado, se deben incrementar las tarifas, y, por otro lado, la gente debe aprender a consumir el recurso agua de una forma razonable y sostenible.

¿Cómo garantizar o mejorar la disponibilidad del agua?

Es importante generar reservorios, pero también trabajar la demanda; es decir, cómo podemos hacer nosotros para hacer que esa agua que cuesta tanto traerla, llegue a más personas y cueste lo que debe.

Más de un millón de personas solo en Lima toma agua que es llevada en camiones cisternas, esta agua no es limpia ni tiene condiciones adecuadas para su consumo, lo peor es que cuesta diez veces más que el agua que llega a los caños de las demás personas.

¿Cuáles son los principales problemas que ocurren en Ica por la falta de agua?

Ha habido una ampliación indiscriminada de la frontera agraria para la agro exportación, y lo que hasta ahora está ocurriendo pese a que hay cambios en algunas empresas, es que se plantan cultivos que demandan mucha agua, por ejemplo, el clásico espárrago.

Somos campeones en espárragos, pero el problema es que consume demasiada agua, y como el agua superficial no alcanza, lo que se ha hecho es que se han cavado pozos, pero nuevamente se ha hecho de manera indiscriminada y eso ha afectado severamente la napa freática, y ahí se presenta este otro problema, el Estado es incapaz de controlar el manejo adecuado del acuífero, entonces, esto produce que los pequeños parceleros o agricultores no puedan cavar tan profundamente como sí lo puede hacer una empresa que usa capital y tecnología intensivamente. Ahí hay problema de equidad en cuanto al acceso al agua subterráneo, y eso conduce a un boom agro exportador insostenible y la idea es tener una gestión sostenible.

Chile va a tener mejor dotación de agua per cápita que Perú porque tiene un mejor sistema de gestión, ellos no tienen tantos recursos como nosotros en la cuenca atlántica, pero tienen orden y prioridades que nosotros aun no manejamos.

Ciudad del Cabo será la primera ciudad del mundo en quedarse sin agua, ¿Lima podría tener la misma suerte?

Sí, ya tenemos muchos sectores en Lima e Ica que no tienen agua. Tenemos severos problemas de disponibilidad de agua, sabemos que los sectores más pobres pagan más por el agua y además tiene problemas de contaminación, lo cual produce más enfermedades diarreicas, iras, y con ello la mortalidad de niños.

No solo se necesitan medidas intergubernamentales, sino, una verdadera educación, no solo en cuestiones ambientales, sino en el día a día, cómo nos comportamos frente a un recurso tan sensible, escaso, como el agua.

Tenemos que empezar con niños, en la casa, en las escuelas, universidades, los medios deben contribuir, no es suficiente las campañas de culturas por el agua, debe ser de alcance nacional.